Orencio y Paciencia, Santos

Esposos y Mártires, 01 de Mayo

 Etimológicamente: significan amaneciente, de la lengua griega, y paciente, de la lengua latina.

¿Se hace un uso abusivo del perdón? El amor que perdona no es ciego, está impregnado de lucidez. El perdón no preserva de esta dura prueba, cuando algunos hacen este cálculo “yo puedo permitírmelo todo, incluso destrozar a aquel o aquella de quien sé que de todas maneras terminará por perdonarme”.

Era a mediados del siglo III cuando en la ciudad de Huesca florecían dos personas queridas por todos a causa de que hacían el bien a todo el mundo.

Orencio se casó con una dama acaudalada. Pero no vivieron a lo grande, sino que se entregaron a vivir con los pobres y a socorrerlos en todas sus necesidades.

Tuvieron dos hijos (Lorenzo y Orencio) que merecieron el respeto de todos por el grado de virtud que le habían inculcado sus padres.

Paciencia, su mujer, murió y él se quedó muy abatido. Mas una noche, mientras hacía oración, tuvo una visión. Se le apareció un ángel y le dijo: “Toma a tu hijo Orencio, y vete al lugar que te mostraré”. Cogió a su hijo y se marchó a Tarbes, Francia. Desapareció la luz de sus ojos. Entonces se dio cuenta de que aquel sitio era el idóneo para vivir. Se dedicaba a las tareas del campo.

Cuentan que tenía dos novillos blancos muy indóciles. Cansado de sus travesuras, hizo sobre ellos la señal de la cruz, y se convirtieron en mansos.

Un día, un lobo le mató un novillo. Al poco tiempo apareció el lobo y se unió a la yunta con el otro. Este hecho está reproducido en la catedral de Zaragoza y de Huesca. A su vuelta a su ciudad, fue muy bien recibido. Al morir, lo enterraron en la capilla de Loret, en donde estaba su mujer sepultada.


Gualfardo, Santo

Monje Camaldulense, 30 de Abril

 Martirologio Romano: En Verona, en la región de Venecia, san Gualfardo, quien, oriundo de Alemania y guarnicionero de profesión, después de pasar varios años en la soledad fue recibido por los monjes del monasterio de San Salvador, cerca de la ciudad (1127).

De origen germánico y de profesión guarnicionero (talabartero), san Gualfardo, obedeciendo a su deseo interior de una vida todo entregada a Dios, después de haber transcurrido algún tiempo en Verona, se apartó en soledad eremítica, como hicieron muchos jóvenes hombres de la Edad Media, en un lugar cerca del Adige.

Sobre el ejemplo de san Romedio, ermitaño en el Val di Non en Trentino, pasadas en este lugar solitarios veinte años de aislamiento, luego algunos barqueros que navegaron por el río lo descubrieron, obligándolo así a trasladarse a Verona cerca de la iglesia de San Pedro.

Después de cierto tiempo, pasó a la iglesia de la Santísima Trinidad fuera de los muros de la ciudad y por fin fue acogido caritativamente como oblato, por los monjes camaldulenses de San Salvador de Corteregia en Verona, con los que permaneció durante diez años hasta su muerte.

Mediante la oración incesante, las vigilias nocturnas, los ayunos, las penitencias, logró llegar a los más altos grados de la contemplación y santidad; todo lo anterior estaba entretejido con gracias tales como equilibrio, serenidad, modestia y prudencia, que reflejaban su paz interior y su íntima unión con Dios.

Un monje contemporáneo, que fue el autor de la primera hagiografía de San Gualfardo, describió el fervor que aquel ponía en la santa conversación con los fieles y con los camaldulenses; además relató muchos milagros que obró en vida y después de muerto.

Murió en el convento de Verona el 30 de abril de 1127; los veroneses celebran la fiesta el 1° de mayo como protector de los guarnicioneros, mientras que el orden Camaldulense y el Martirologio Romano, lo recuerda el 30 de abril, aniversario de su nacimiento al cielo.


Hugo de Cluny, Santo

Abad, 29 de Abril

 Martirologio Romano: En el monasterio de Cluny, Borgoña (hoy Francia), san Hugo, abad, que gobernó santamente su cenobio durante sesenta y un años, mostrándose entregado a las limosnas y a la oración, mantenedor y promotor de la disciplina monástica, atento a las necesidades de la Iglesia y eximio propagador de la misma (1109).

Etimológicamente: Hugo = Aquel de inteligencia clara, es de origen germano.

El glorioso y venerable abad de Cluny, san Hugo, nació en Semur, de una ilustre y antigua familia de Borgoña. Su padre llamado Dalmacio era señor de Semur, y su madre Aremberga, descendiente de la antigua casa de Vergi. Quería el padre que su hijo Hugo siguiese, como noble la carrera de las armas, pero sintiéndose él más inclinado al retiro y a la piedad que a la guerra, recabó licencia para ir a cultivar las letras humanas en Châlon-sur-Saône, donde la santidad de los monjes de Cluny, gobernados por el piadoso abad Odilón, le movió a dar libelo a todas las cosas de la tierra, y a tomar el hábito en aquel célebre monasterio.

Hizo allí tan extraordinarios progresos en las ciencias y virtudes, que corriendo la fama de su eminente santidad, sabiduría y prudencia por toda Europa, el emperador Enrique le nombró padrino de su hijo; y Alfonso rey de España, hijo de Fernando, acudió a él para librarse de la prisión en que le tenía su ambicioso hermano Sancho, lo cual recabó el santo con su grande autoridad, y también puso fin a las querellas del prelado de Autún y del duque de Borgoña que devastaba las posesiones de la Iglesia. Y no fue menos apreciado de los sumos pontífices, por su rara prudencia y santidad. Le nombró León IV para que le acompañase en su viaje a Francia, y su sucesor Víctor II previno al cardenal Hildebrando, después Gregorio VII, que le tomase por socio y consejero en la legacía cerca del rey de los franceses; Esteban X que sucedió a Víctor, le llamó y quiso morir en sus brazos. El gran pontífice Gregorio VII se aconsejaba con este santísimo abad de Cluny en todos los negocios más graves de la cristiandad.

Entre las muchas cartas de san Hugo, se halla una escrita a Guillermo el Conquistador, el cual le había ofrecido para su monasterio cien libras por cada monje que le enviase a Inglaterra. Respóndele el santo abad que él daría la misma suma por cada buen religioso que le enviasen para su monasterio, si fuese cosa que se pudiese comprar en cuyas palabras manifestaba el temor de que se relajasen los monjes que enviase a Inglaterra no pudiendo vivir allí en monasterios reformados. Y si todas estas preocupaciones juzgaba el santo necesarias para conservar la virtud de aquellos tan fervorosos monjes, ¿cómo imaginamos nosotros poder estar seguros de no perder la gracia divina, si temerariamente nos metemos en medio de los peligros y lazos del mundo? Se quejan muchos de las tentaciones que padecen, y murmuran de la Providencia por los recios y continuos combates que les dan los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne: pero día vendrá en que Dios se justifique recordándo1es que ellos mismos se metían las más de las veces en las tentaciones, y haciéndose sordos a las voces de la gracia y de la conciencia, se ponían voluntariamente en las ocasiones de pecar, y se rendían a sus mortales enemigos.
Es increíble lo mucho que trabajó este santo en la viña del Señor, edificándola con sus heroicas virtudes, defendiéndola de sus enemigos, y acrecentándola con su celo apostólico, Finalmente después de haber fundado el célebre monasterio de monjas de Mareigni, y echado los cimientos de la magnífica iglesia de Cluny, lleno de días y merecimientos falleció en la paz del Señor a la edad de ochenta y cinco años.


Gianna Beretta Molla, Santa

Laica, 28 de Abril

Martirologio Romano: En Magenta, localidad cercana a Milán, en Italia, santa Gianna Beretta Molla, madre de familia, que, esperando un hijo, no dudó en anteponer con amor la vida de la criatura a la suya propia. (1962)

Fecha de beatificación: 24 de abril de 1994, por el Papa Juan Pablo II

Fecha de canonización: 16 de mayo de 2004, por el Papa Juan Pablo II.

Gianna Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de 1922. Desde su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana que recibe de sus padres. Considera la vida como un don maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la Providencia, y convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración.

Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres. Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas. Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación. Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa. Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años. Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.


Pedro Ermengol, Santo

Religioso Mercedario, 27 de Abril

 Martirologio Romano: En Tarragona, Aragón, España, san Pedro Ermengol, que durante un tiempo fue cabecilla de bandoleros y, convertido después a Dios, entró en la Orden de Nuestra Señora de la Merced, dedicándose con todas sus energías a rescatar cautivos en África ( 1304).

Pedro Ermengol nació en 1238 en Guardia de Prats, cercano a Montblanc (Tarragona), hijo de Arnaldo Ermengol, descendiente de la noble familia española de los condes de Urgell.

De joven no fue un santo, todo lo contrario, con la soberbia e iracundia de su carácter, alimentó una vida de vicio y de incontrolable aventura; atrajo sobre sí el odio de sus conciudadanos de todas las clases, que se veían obligados a soportar su prepotencia y sus injurias. Llegó a ser jefe de un grupo de bandoleros, después de haber dejado casa y familia; huyó a los montes, sembrando el terror en el pueblo, y el peligro en las calles; fue -junto con sus cómplices- un criminal de la peor especie.

Pero la gracia de Dios estaba próxima a manifestarse: en 1258 el rey Jaime I encargó al propio Arnaldo Ermengol acabar con el bandolerismo, que volvía inseguras las calles y hacía morir el comercio y las comunicaciones. Arnaldo se encontró frente a frente con la banda capitaneada por su hijo Pedro, que luego de este encuentro dramático, tocado por la gracia, se arrepintió de la vida que había llevado hasta ese momento; se acercó a Guillermo de Bas -sucesor de san Pedro Nolasco, fundador de los Mercedarios-, se confesó y pidió consejo; Guillermo quedó convencido de su sinceridad y lo admitió en el noviciado de la Orden de la Merced en 1258. Desde el primer día de su entrada, cambió su vida totalmente, demostrando así la sinceridad de la conversión; la crueldad se transformó en ferviente caridad, y los vicios en continua oración y dura penitencia.

Le llegaron enseguida a asignar diversos cargos, misiones y viajes entre los musulmanes, al efecto de rescatar esclavos y prisioneros, según el primer objetivo para la cual se había fundado la Orden de la Merced; se movió en principio en los reinos de Granada y Murcia, gobernados por musulmanes, y después directamente en Argelia, con una misión más difícil e imaginativa. Consiguió en dos meses rescatar 346 esclavos que hizo repatriar; en Bugia rescató 119 cristianos con algunos de sus cohermanos que estaban prisioneros; trató, además, por 30.000 ducados, la liberación de 18 jóvenes cristianos que estaban por ser enviados al Islam; pero, faltándole esa suma, procuró ser aceptado cambiando de lugar por los jóvenes, tal como estipula el cuarto voto especial de la Orden. Durante su prisión fue consuelo para los otros reclusos, obrando muchas conversiones, incluso entre los musulmanes. Las autoridades estaban molestas por esto, y visto el retraso en llegar los 30.000 ducados, lo consideraron un espía y lo condenaron a la horca. La sentencia fue cumplida enseguida, y el cuerpo fue abandonado a los buitres; poco después llegó con el dinero del rescate el padre Guillermo Fiorentino, el cual, sabiendo de la ejecución, se acercó al lugar para darle sepultura; habían transcurrido seis días, pero Pedro Ermengol vivía todavía, y contó que había sido milagrosamente sostenido por la Virgen.

Con el dinero que llevaban liberaron a otros prisioneros, y los dos mercedarios volvieron a la patria, pero Pedro llevó siempre sobre su cuerpo la marca de aquellos trágicos y a la vez bellos acontecimientos: el rostro pálido y las vértebras del cuello dislocadas.

Los superiores lo enviaron al convento de la Orden que estaba en su pueblo natal, Guardia de Prats; así sus conciudadanos, que habían sido testigos de sus desmanes, pudieron también admirarlo por su santidad y penitencia. Enfermó gravemente, prediciendo la fecha de su muerte, que ocurrió el 27 de abril de 1304; ante los solemnes funerales fueron curados de sus enfermedades tres hombres y cuatro mujeres.

Su biografía fue escrita y presentada como documento notarial, pocos días después de su muerte, y avalada por la firma de cinco cohermanos, entre los cuales estaba el padre Guillermo Fiorentino. El papa Inocencio XI, el 28 de marzo de 1686 aprobó su culto «inmemorial», y la fiesta fue fijada para el 27 de abril, aniversario de su muerte.


Cleto, Santo

III Papa, 26 de Abril

 Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de san Cleto, papa, segundo que rigió la Iglesia Romana después de san Pedro ( 88). En el martirologio anterior se lo recordaba el 13 de julio.

¿Son dos o tan sólo uno?, por mucho tiempo se pensó que Anacleto y Cleto habían sido dos papas distintos del siglo primero. Después resultó claro que el segundo nombre era sólo una abreviación familiar del primero. Y así ha quedó registrado en la sucesión cronológica de los jefes de la iglesia de Roma: Anacleto o Cleto fue el tercero, después de Pedro y Lino. Tercero, entonces, en la serie de papas. Sobre su origen sobreviven incertidumbres, algunos historiadores piensan que era nacido en Roma, pero su nombre de origen claramente griego deja una sombra de dudas sobre este tema.

Relatos muy antiguos le atribuyen la construcción de un santuario sepulcral llamado «Memoria», en el sitio del entierro de Pedro, en los jardines del Vaticano, territorio que entonces pertenecía al dominio imperial y formado por jardines, campos y tierras sin cultivar. A Cleto se le atribuye también la disposición que prohibía a los hombres de Iglesia usar los cabellos largos, lo que sería un primer ejemplo de tonsura eclesiástica.

Su pontificado se desarrolla en algunos años de paz, bajo el emperador Vespasiano (que reina del 69 al 79), y bajo su hijo mayor Tito (79 al 81). En tiempos de este último Italia conoce una de las más importantes catástrofes de su historia: la erupción del Vesubio en agosto del 79, con la destrucción de Herculano y Pompeya. Y poco después Roma verá surgir el edificio destinado a convertirse en su emblema: el anfiteatro Flavio (Coliseo) para los juegos públicos, sede de luchas mortales entre gladiadores y de suplicios para los cristianos. El mismo lugar que diecinueve siglos después sería elegido por los sucesores de Pedro, Lino y Cleto para presidir el Vía Crucis con el que se rememora el calvario de Cristo en Viernes Santo.

Finaliza pronto el reinado de Tito, y con el arribo de su hermano Domiciano comienza la persecución. Pero no sólo contra los cristianos. De hecho, las primeras víctimas son los judíos, forzados a derivar al Estado el tributo debido al templo de Jerusalén destruido por Tito. Una persecución por razones financieras: porque las grandes obras públicas han desangrado las finanzas imperiales; también los judeocristianos deberán pagar. Después la persecución va a ensañarse a los cristianos en general, no sólo contra sus bienes. Contra ellos se lanza la acusación de “ateísmo”, es decir, de no adorar a los dioses del Estado, y esta acusación comporta la pena capital.

No sabemos cómo murió Cleto; la persecución a los cristianos continuó luego de su muerte. No se conoce el lugar de su sepultura, aunque es presumible que haya sido en los jardines vaticanos.


Andrés Solá y Molist, Beato

Sacerdote y Mártir, 25 de Abril

Martirologio Romano: En el rancho de San Joaquín, Jalisco, México, beato Andrés Solá y Molist, presbítero, mártir. (1927)

Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, siendo Papa Benedicto XVI.

Nació el 7 de octubre de 1895 en la masía conocida con el nombre de Can Vilarrasa, situada en el municipio de Taradell, parroquia de Santa Eugenia de Berga, provincia de Barcelona, diócesis de Vich, España. Fue el tercer hijo de una familia numerosa compuesta de once hermanos y los padres, que eran agricultores.

Al escuchar la predicación de un misionero claretiano en el pueblo de Sentforas, él y su hermano Santiago sintieron la vocación religiosa y entraron en el seminario que los misioneros tenían en Vich. Recibió la ordenación sacerdotal el 23 de septiembre de 1922 en la capilla del palacio episcopal de Segovia, España. Durante un año estuvo preparándose para el ministerio de la predicación en Aranda de Duero. Terminado el curso de preparación recibió su destino, México, llegando junto con otros cinco claretianos a Veracruz el 20 de agosto de 1923. Ocho días más tarde llegó a la capital y visitó el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, poniendo bajo su protección su ministerio sacerdotal. En México desempeñó diversos oficios.

En diciembre de 1924 recibió, junto con sus hermanos de comunidad de León, la noticia de las leyes anticatólicas y anticlericales del presidente Calles, optando por refugiarse en una casa amiga, la de las hermanas Josefina y Jovita Alba, para evitar la expulsión del país.

En marzo de 1927, al arreciar la persecución religiosa, obedeciendo al superior local, p. Fernando Santesteban, dejó León y se marchó a México, D.F., donde estuvo unos cuantos días, regresando con el permiso del superior provincial para residir en León y ejercer allí su ministerio misionero. A los pocos días de haber llegado, el 23 de abril el superior de la comunidad le entregó una carta en la que le comunicaba la existencia de una orden de detención contra él y le invitaba a suspender toda actividad, a huir o a esconderse, y a cambiar de domicilio. No le dio importancia a dicha carta, considerando que nada malo le podría pasar, siendo detenido al día siguiente. Una detención que no fue fruto de su imprudencia, sino más bien de la ingenuidad de dos señoras que tratando de hacer el bien, no se les ocurrió tomar las precauciones necesarias tras su visita al cuartel, donde pidieron la libertad para el P. José Trinidad Rangel. Cuando entraron los soldados en la casa de las hermanas Alba no reconocieron al p. Solá como sacerdote, sólo tras el registro efectuado a su habitación descubrieron una fotografía en la que estaba dando la primera Comunión a una niña. En ningún momento negó su condición sacerdotal, más bien confesó su nombre y condición, siendo suficiente para detenerlo junto con Leonardo Pérez, que se encontraba en el oratorio de la casa. Fue llevado a la comandancia militar, último lugar terreno antes de abrazar la palma del martirio y contemplar a Cristo, era el 25 de abril de 1927.


María Isabel Hesselblad, Santa

Religiosa Brigidina, 24 de Abril

Martirologio Romano: En Roma, Santa María Isabel Hesselblad, virgen, oriunda de Suecia, después de varios años de trabajar en un hospital restauró la Orden de Santa Brígida, notable por su solicitud hacia la contemplación, la caridad para con los necesitados y la unidad de los cristianos († 1957)

Etimológicamente: María = Aquella señora bella que nos guía, es de origen hebreo. Isabel = Aquella a quien Dios da la salud, es de origen hebreo.

Fecha de beatificación: 9 de abril de 2000 por S.S. Juan Pablo II.

Fecha de canonización: 5 de junio de 2016 por S.S. Francisco.

Nació en un pequeño pueblito de Fâglavik, en la provincia de Âlvsborg, Suecia, el 4 de junio de 1870. Fueron sus padres el Sr. Augusto Roberto Hesselblad y la Sra. Cajsa Pettesdotter Dag, fue la quinta de trece hijos. Recibió el bautismo en la Iglesia Luterana de su Parroquia de Hundene, Suecia y transcurrió su infancia por diversos lugares, siguiendo a su familia que por motivos económicos buscaban lugares de trabajo.

En el año de 1886, para ganarse el pan y contribuir al sostenimiento de su familia, se fue a trabajar en Kârlosborg y después en Estados Unidos de América donde frecuentó la escuela de enfermería en el Hospital Roosevelt en Nueva York. Ahí se dedicó a asistir a los enfermos a domicilio, este trabajo fue muy duro para ella porque no se sentía bien de salud, sin embargo el contacto con los enfermos católicos y la sed que tenía por buscar la verdad contribuyeron a tener viva en su alma la búsqueda del redil de Cristo. La oración, el estudio y la devoción filial por la Madre del Redentor la condujeron decididamente hacia la Iglesia Católica y el 15 de agosto de 1902, en el Convento de la Visitación en Washington, recibió el sacramento del bautismo “bajo condición” de las manos del P. Juan Hagen, S.I., que fue también su director espiritual.

En Roma recibió el sacramento de la Confirmación y vio claramente que debía dedicarse a la unidad de los cristianos. Visitó también el templo y la casa de Santa Brígida de Suecia (+ 1373), recibiendo una grande y profunda impresión a tal grado que mientras se encontraba en oración en ese lugar, escuchó una voz que le decía: “Es aquí donde deseo que te pongas a mi servicio”. Regresó a Estados Unidos sin embargo aunque no se encontraba bien de salud dejó todo y el 25 de marzo de 1904 se estableció en Roma en la casa de Santa Brígida, donde fue recibida cariñosamente por las monjas que vivían ahí. En el silencio y en la oración conoció profundamente el amor de Cristo, cultivó y difundió la devoción de Santa Brígida y de Santa Catarina de Suecia, tuvo siempre una creciente preocupación espiritual por su país por la Iglesia.

En 1906 San Pío X le concedió llevar el hábito de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida y de profesar sus votos religiosos como hija espiritual de la santa de Suecia. Su sueño de dar vida en Roma a una comunidad Brigidina no se realizó, sin embargo, floreció una nueva rama del antiguo torneo Brigidino, y así, el 9 de septiembre de 1911 la Santa comenzando con 3 jóvenes postulantes inglesas, refundó la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida con la misión de orar y trabajar especialmente por la unión de los cristianos de Escandinavia con la Iglesia Católica.

En 1931 tuvo la alegría de obtener perpetuamente por parte de la Santa Sede, la iglesia y la casa de Santa Brígida en Roma que llegaron a ser el centro de la Orden. Durante y después de la segunda Guerra Mundial la Santa realizó una intensa Obra de caridad a favor de los pobres y de los perseguidos por leyes de racismo; promovió un movimiento por la paz con católicos y no católicos, trabajando fuertemente en el ecumenismo. Desde el inicio de su Fundación atendió su preocupación la formación de sus hijas espirituales para las que fue madre y maestra. Les recomendaba la unión con Dios, la ardiente flama de asemejarse al Divino Salvador, el amor a la Iglesia y al Romano Pontífice y de hacer oración para que existiera un solo redil y un solo Pastor añadiendo: “Este es el fin primario de nuestra vocación”.

La Santa fue fiel toda su vida al Señor, esto lo comprobamos en sus escritos de 1904 donde dice “Amado Señor, no te pido que me enseñes el sendero, te seguiré fuertemente de tu mano en la oscuridad, en los momentos de angustia y de miedo, cerraré los ojos para hacerte ver cuanta fe tengo en ti Esposo de mi alma”. La esperanza en Dios y en su providencia la sostuvo en cada momento de su vida, sobre todo en las horas de la prueba, de la preocupación y de la cruz. Puso siempre en primer lugar las cosas del cielo a las de la tierra, la voluntad de Dios a su voluntad y el bien del prójimo a la propia utilidad. Contemplando el amor infinito del Hijo de Dios que se inmoló por nuestra salvación, alimentó en su corazón la flama de la caridad que manifestó con la bondad de sus obras. A sus hijas les decía continuamente: “Debemos nutrir un gran amor hacia Dios y hacia el prójimo, un amor fuerte, ardiente, que queme todas las imperfecciones, soporte fuertemente un acto de impaciencia, una palabra hiriente y con esto se presta a llegar con premura a un acto de caridad”. La Santa se asemejaba a un jardín en el cual el sol de la caridad hace florecer obras de misericordia espirituales y corporales. Siempre tuvo atenciones hacia sus hijas religiosas, se preocupó por lo pobres, por los enfermos, por los judíos perseguidos, por los sacerdotes, por los niños a los que les enseñaba la doctrina cristiana, por su familia de origen y por toda la gente de Suecia y de Roma. Fue una mujer humilde y servicial con todos los que le pedían ayuda, siempre tuvo la alegría de condividir con los demás los dones que recibía del Señor. Fue prudente en las iniciativas por el Reino de Dios en el hablar, en el aconsejar y en el corregir.

Tuvo grande respeto por la libertad religiosa de los no cristianos y de los no católicos que recibió en su casa. Practicó la justicia hacia Dios y hacia el prójimo, la templanza, el dominio de sí, el alejarse de los honores de las cosas del mundo, la humildad, la castidad, la obediencia, la fortaleza en las tribulaciones, la perseverancia en la oración y en el servicio a Dios, la fidelidad en su consagración religiosa.

Caminó con Dios abrazando la cruz de Cristo que la acompañó desde su juventud. “Para mí, afirmaba la Santa, el camino de la cruz fue el más hermoso que he visto porque en él conocí a mi Señor y Salvador”, junto a los sufrimientos morales padeció también interrumpidamente sufrimientos físicos. La cruz llegó a ser en manera particular dolorosa y pesada en los últimos años de su vida. Debido a su constancia en la oración vivió serenamente la voluntad de Dios y así se preparó al encuentro definitivo con el Esposo Divino que la llamó en las primeras horas del 24 de abril de 1957. Vivió y murió en fama de santidad, esta fama ha crecido también después de su muerte.


Jorge de Suelli, Santo

Obispo, 23 de Abril

Martirologio Romano: En Suelli, Cerdeña, Italia, conmemoración de san Jorge, obispo ( 1117).

El hecho de que haya muerto un 23 de abril ha causado confusión muchas veces, por ser el mismo día de celebración del gran mártir san Jorge, su homónimo.

Según su antigua biografía, única fuente confiable, Jorge nació en el siglo XI en Cagliari. Sus padres, Lucífero y Vivencia, siervos de la gleba de una tal Greca, pero virtuosos y temerosos de Dios. Ya de niño se mostró penitente y lleno de virtud; estudió latín y griego, que para la época tenía gran importancia, y con sólo 22 años fue nombrado obispo de Suelli (Cagliari). Fue para la diócesis un verdadero pastor, que amaba a los pobres y los ayudaba, y de los que tenía una lista. Era también dedicado en la oración y los ayunos.

El Señor lo gratificó con el don de milagros. Su vida era un reclamo de simplicidad franciscana. No está claro cuánto tiempo gobernó la diócesis, pero murió el 23 de abril de 1117, y fue sepultado en su catedral. Acerca de esta fecha hay ciertas discordancias en la mencionada biografía, por lo que algunos dicen que Jorge fue obispo antes de otro obispo llamado Juan, que sería quien murió en 1117, y colocan la muerte de Jorge en 1050.

La sede episcopal de Suelli, en la Cerdeña sud-oriental aparece en los documentos por primera vez en el siglo XI. Antes que la diócesis fuera asimilada a la de Cagliari al inicio del siglo XV, el culto de san Jorge estaba ya difundido, al menos desde el inicio del siglo XIII. Lo confirman el oficio en su honor, y las iglesias que le están dedicadas en Suelli, Lotzorai, Urzulei, Perfugas, Ossi, Anela, Bitti y las capillas en Tortolì y Girasole.

En Cagliari en 1601 el obispo Lasso Sedeno transformó en iglesia una casa en el barrio de Stampace, que se tenía por la casa natal del santo obispo, estableciendo también la fiesta anual el 23 de abril; pero un canónigo se opuso, afirmando que el obispo no había existido, y que no era más que una duplicación del mártir.

Para aclarar la situación, el sucesor del obispo, Mons. Desquivel, hizo efectuar una indagación histórica, cuyos resultados fueron enviados a Roma, a la Sagrada Congregación de Ritos (la que se encargaba de las causas de los santos), y en 1609 el papa Pablo V confirmó definitivamente el culto de san Jorge de Suelli. Su mitra se conserva como reliquia en Cagliari, y es invocado contra las carestías.


Juan Saziari, Beato

Religioso Franciscano, 21 de Abril

 Martirologio Romano: En la ciudad de Cagli, del Piceno, en Italia, beato Juan Saziari, religioso de la Tercera Orden de San Francisco (c. 1372).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordioso, es de origen hebreo.

En el 1287, durante una cruenta batalla, la antiquísima comuna de Cagli fue casi totalmente incendiada. Esta comuna surgió sobre el Monte Petrano pero dos años después los habitantes decidieron desplazar el centro de las actividades ciudadanas a sus faldas. Es aquí, donde algunas décadas después, vivió el beato Juan Saziari.

Nació alrededor del año 1327, llevó una vida simple, dividiendo su tiempo entre el trabajo en el campo y la oración. No se casó, no tuvo a hijos, pero fue querido por todos. Tuvo un carisma ciertamente no ordinario. Se hizo terciario franciscano queriendo así seguir las enseñanzas y el ideal de vida del santo de Asís. Murió entre el 1370 y el 1372, dejándoles a sus conciudadanos un extraordinario ejemplo de santidad vivida en la modestia de la vida cotidiana. El Señor, por intercesión del piadoso campesino de Cagli, contestó a los ruegos de sus devotos, concediendo gracias y milagros. Estos tuvieron lugar enseguida de su muerte y su memoria fue transmitida a través de inscripciones en la lápida sepulcral. En particular, su celeste ayuda se hizo sentir durante una terrible peste. La parte frontal del urna marmórea, elaborada por el maestro Antonio de Cagli, está ahora próxima al altar donde son custodiadas sus reliquias. Un notario de Imola, en 1374, registró oficialmente algunos milagros. En un antiguo documento de 1441 ya era llamado beato.

Juan es enterrado en la iglesia de San Francisco, la más antigua de la orden franciscana en la región de Marcas, provincia de Piceno. En el 1642 fue puesto en una urna de madera. A las reliquias se le han realizado dos reconocimientos, en 1764 y en 1849. En la Curia de Cagli, hoy unida con la de Fano, se conserva la documentación del proceso de beatificación que vio su culminación el 9 de diciembre de 1980 en el pontificado de Juan Pablo II considerando la veneración que le ha sido tributada ininterrumpidamente por siglos. La fiesta del beato, hoy familiarmente llamado beato Juanino, fue fijada para el 21 de abril.


Simón Rinalducci de Todi, Beato

Presbítero, 20 de Abril

Martirologio Romano: En Bolonia, de la Emilia, beato Simón de Todi Rinalducci, presbítero de la Orden de los Eremitas de San Agustín, que con su enseñanza y su ejemplo edificó a los jóvenes estudiantes y a todo el pueblo de Dios ( 1322).

Etimológicamente: Simón = Aquel que tiene la nariz chata, es de origen griego.

Nació a finales del siglo XIII en Todi, Italia. Fraile agustino en el año 1280, famoso por sus estudios teológicos. Sirvió en varias casas como lector y prior, ganando fama de predicador portentoso. Fue superior de la provincia de Umbría, durante el capítulo general del año 1318 fue injustamente implicado en serias acusaciones, él prefirió guardar silencio y evitar un escándalo que podría afectar a sus hermanos agustinos, al final la verdad brilló y se re retiraron los cargos.

Murió en el monasterio de Santiago el Grande en Bolonia, Italia el 20 de abril de 1322. Su culto fue confirmado el 19 de marzo de 1833 por el Papa Gregorio XVI.


Oda, Beata

Monja Premonstratense, 20 de Abril

 Santo Tradicional - No incluido en el actual Martirologio Romano

Etimológicamente: Oda = Aquella poseedora de grandes riquezas, es de origen sajón

Hija de una familia de la nobleza de Brabant, Bélgica. Para evitar un matrimonio arreglado con un noble joven, ella se desfiguró el rostro, de este modo consiguió que su familia le permitiera seguir su vocación religiosa ingresando al monasterio premonstratense en Rivreulle, siendo muy venerada por la gente de la región en que vivió.

Murió en el año 1158, sus restos fueron sepultados en la abadía de la Buena Esperanza, que hoy en día es el seminario de la diócesis de Tournai.


Ramón Llach Candell, Beato

Sacerdote y Mártir, 19 de Abril

 Martirologio Romano: En diversos lugares de España, Beatos Jaime Puig Mirosa y 18 compañeros de la Congregación de los Hijos de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, además de Sebastián Lorens Telarroja, laico, asesinados por odio a la fe. (1936-1937)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Hijo de Vicente y Concepción, era natural de Torelló (Barcelona) y había nacido el 24 de mayo de 1875. Era hermano de los padres Jaime y Francisco y del hermano José, religiosos también del Instituto, de otros dos claretianos, de una religiosa vedruna y de otras dos casadas. A la edad de 12 años, en octubre de 1887, ingresó en el colegio Jesús, María y José de Sant Andreu de Palomar en calidad de aspirante a la vida religiosa y al sacerdocio entre los Hijos de la Sagrada Familia. Entre los colegios de Sant Andreu, Cambrils y Reus completó los estudios de humanidades y latín, retórica y poética, tres de filosofía y lugares teológicos, teología dogmática y moral. El 9 de junio de 1888 vistió el hábito religioso e inició el noviciado en Sant Andreu y el 2 de febrero de 1894 hizo los primeros votos en Cambrils, profesando perpetuamente el 2 de abril de 1897 en Sant Andreu. Entre septiembre de 1895 y septiembre de 1899 recibió las ordenaciones sucesivas hasta la ordenación sacerdotal, el día 23 del mismo mes.

El padre Ramón se dedicó desde muy joven a la docencia, sobresaliendo especialmente en la enseñanza de las matemáticas, de cuya asignatura llegó a ser consumado maestro. Además de su amplia y fructífera labor pedagógica, presidió durante varios períodos la comisión de enseñanza del Instituto y, en 1926, participó en la peregrinación a Roma del Magisterio Nacional, juntamente con el padre Manuel Cazador.

El padre Ramón Llach fue también un hombre de gobierno, tanto en la dirección de las varias comunidades y centros como participando en el gobierno general de la Congregación. Fue escritor y asiduo colaborador de La Sagrada Familia y de la Intención Mensual. Escribía tanto en prosa como en verso, en catalán y en castellano. En general, sus trabajos versaban sobre temas religiosos y más concretamente sobre la Sagrada Familia y la Congregación.

Como los demás hermanos Llach, el padre Ramón era muy inteligente y con clara inclinación hacia las ciencias. Era una persona de fe bien formada, con hondas raíces religiosas y cristianas. Atento y fervoroso en sus oraciones y en la misa diaria. Estaba siempre de buen talante, con ingenio, buen humor y alegría en las conversaciones familiares, dando una nota alegre en la vida de comunidad. Tenía mucho acierto en el trato con las personas, dejando siempre muy buen nombre en las ciudades donde trabajó y gran número de amistades. Era muy serio en el trato con los alumnos a quienes impartía una enseñanza sólida y al mismo tiempo atrayente. Se le consideraba un excelente maestro.

La revolución de 1936 le sorprendió en el seminario de Les Corts, pues era el ecónomo general y profesor del escolasticado. Estuvo en Girona hasta primeros de 1937, cuando, según parecía, la situación en la ciudad condal se había apaciguado un poco. Regresó, pues, a Barcelona, ejerciendo la enseñanza en la Academia Guiu en compañía de otros religiosos en espera de tiempos mejores para incorporarse a las comunidades.

El 17 de abril de 1937, a primeras horas de la tarde, él y su hermano Jaime fueron detenidos, trasladados a la central de las patrullas y después al control de la calle Muntaner- París, hasta ser conducidos a la prisión del convento de San Elías. Salieron dos días después para ser asesinados en el cementerio de Montcada. Contaba con 62 años de edad y 43 de vida religiosa. Sus restos mortales no fueron identificados y su desaparición fue inscrita en el Juzgado de Barcelona.


Galdino de Milán, Santo

Obispo, 18 de Abril

 Martirologio Romano: En Milán, de Lombardía, Italia, san Galdino, obispo, que trabajó en la restauración de la ciudad destruida por la guerra y, al finalizar un sermón contra los herejes, entregó su alma a Dios. (1176)

San Galdino fue uno de los principales patronos de Milán. Su nombre aparece, junto con los de San Ambrosio y San Carlos Borromeo, en todas las letanías del rito milanés. El santo descendía de la famosa familia Della Scala. Fue canciller y archidiácono de dos arzobispos de Milán; desempeñó tan hábilmente esos cargos en una época muy difícil, que se ganó la estima del clero y del pueblo. El Papa Alejandro III fue elegido en 1159, pero algunos cardenales disidentes, eligieron poco después, a un antipapa amigo del emperador Federico Barbarroja. Milán había ofendido antes al emperador, reclamando el derecho de elegir a sus magistrados, y el apoyo que la ciudad prestó a la causa del Papa Alejandro III enfureció todavía más a Federico. El Arzobispo Huberto y su archidiácono Galdino, tuvieron que salir de la ciudad, y al año siguiente, Federico la sitió con un gran ejército y la tomó. Fue entonces cuando el emperador dio la orden de trasladar el relicario que se dice contiene los huesos de los Reyes Magos, de la iglesia de San Eustorgio a Colonia, donde se conserva todavía esas reliquias.

En 1165, Galdino fue consagrado cardenal. Al año siguiente, murió el arzobispo Huberto y él fue escogido para sucederle. En vano alegó su mala salud, debilitada con las pruebas que había tenido que sufrir; Alejandro III le consagró personalmente. El nuevo prelado se dedicó, ante todo, a consolar y alentar a su rey. Los lombardos habían formado una unión para reconstruir Milán, y el santo colaboró, con todas sus fuerzas, en la empresa. Pero ello no le impidió desempeñar celosamente sus deberes pastorales, pues predicaba constantemente e iba a visitar a los pobres a su casa. También se ocupó de restablecer la disciplina del clero, que inevitablemente se había relajado un tanto, durante la época tormentosa que había atravesado la ciudad. El santo consagró toda su elocuencia y sabiduría a subsanar los efectos del cisma y a refutar las doctrinas de los cátaros, que se habían divulgado mucho en Lombardía.

El último día de su vida, aunque estaba ya muy débil para celebrar la misa, pronunció todavía un ardiente sermón contra la herejía; pero perdió el conocimiento antes de bajar del púlpito y murió al terminar la misa.

El año de la muerte de San Galdino, la Liga Lombarda derrotó a los ejércitos imperiales en la batalla de Legnano. En la famosa reunión, que tuvo lugar en Venecia, en 1177, Barbarroja abjuró del cisma e hizo la paz con la iglesia. En realidad, todos los historiadores sensatos están de acuerdo en afirmar que el Papa jamás puso el pie sobre el cuello del emperador, excepto en un sentido metafórico. Ninguno de los escritores de la época menciona ese hecho que, por lo demás, no cuadra con el carácter magnánimo de Alejandro III.


Enrique Heath, Beato

Presbítero y Mártir, 17 de Abril

 Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, beato Enrique Heath, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que bajo el rey Carlos I, por la sola razón de su sacerdocio, fue entregado al verdugo en Tyburn. ( 1643)

También es conocido como: Beato Pablo de Santa Magdalena.

Fecha de beatificación: 22 de noviembre de 1987 por el Papa Juan Pablo II, junto a otros 84 mártires de Inglaterra y Gales.

El Beato Enrique nació en 1599 en Peterborough, Inglaterra. Su padre fue John Heath cabeza de una familia anglicana, fue bautizado en la iglesia local de San Juan el 16 de diciembre de 1599.

Estudió en el Corpus Christi College, en Cambridge, recibiendo la licenciatura en 1621 y fue nombrado bibliotecario de la universidad. Aquí tuvo acceso a libros relativos a la controversia anglicano-católica, leyéndolos llegó al convencimiento de que la verdad estaba de parte del catolicismo, iniciando así su proceso de conversión.

En 1622 fue recibido en la Iglesia Católica Romana por George Muscott, y, después de una corta estancia en el Colegio Inglés de Douai, entró en el convento franciscano de San Buenaventura que en 1625, tomando el nombre de Pablo de Santa Magdalena.

A principios de 1643, con mucho trabajo obtuvo permiso para ir de misión a Inglaterra y cruzó de Dunkerque (Francia) a Dover (Inglaterra) disfrazado de marinero. Un caballero alemán pagó su pasaje y le ofreció más dinero para el viaje, pero, siguiendo el espíritu de San Francisco, Heath se negó y prefirió ir a pie de Dover a Londres.

En la misma noche de su llegada, mientras él descansaba en el umbral de una puerta, el dueño de la casa lo denunció como ladrón. Algunos documentos encontrados en la gorra delataban su religión y fue llevado a la prisión de Compter. Al día siguiente fue llevado ante el alcalde, y, confesando que era sacerdote, fue enviado a Newgate. Poco después fue examinado por una comisión parlamentaria, y volvió a confesar su sacerdocio. Fue acusado finalmente en el marco la “Ley contra los jesuitas, sacerdotes de seminario y otras similares personas desobedientes” de 1585, por ser sacerdote católico y presentarse en el reino de la reina Isabel. Durante su reclusión ejercía el ministerio de la reconciliación al punto que en el mismo carro que lo trasladó al lugar de ejecución en Tyburn ha reconciliado a uno de los criminales que fueron ejecutados juntos a él. Se le permitió colgar hasta morir.


Fructuoso de Braga, Santo

Abad y Obispo, 16 de Abril

 Martirologio Romano: En Braga, Lusitania, hoy Portugal, san Fructuoso, el cual, monje y fundador de monasterios, fue obispo de Dumio y, por voluntad de los Padres del décimo Concilio de Toledo, obispo metropolitano de Braga, sede que rigió con prudencia junto con sus monasterios ( c.665)

Etimológicamente: Fructuoso = Aquel que da Fruto, es de origen latino.

Fructuoso era hijo de un general visigodo español. Desde muy niño determinó consagrarse a Dios y la temprana muerte de sus padres le permitió seguir libremente su vocación. Entró a hacer sus estudios en la escuela que había fundado el obispo de Palencia, Conancio. El joven distribuyó una parte de su cuantiosa herencia entre sus esclavos, a quienes había devuelto la libertad, y entre los pobres; el resto lo consagró a la fundación de monasterios, el primero de los cuales lo construyó en sus posesiones de las montañas de Vierzo. El mismo Fructuoso dirigió ese monasterio, que se llamó Complutum, hasta dejarlo perfectamente encarrilado. Después renunció al cargo de abad y se retiró a la soledad, donde llevó una vida tan austera, que recordaba la de los ermitaños de la antigüedad. Pero, a pesar de sus esfuerzos por abandonar el mundo, no consiguió permanecer oculto. En una ocasión, un cazador estuvo a punto de disparar su arco contra él, tomándole por un animal salvaje, hasta que vio que tenía las manos levantadas en oración. En otra ocasión en que el santo se había refugiado más adentro del bosque, según cuenta la leyenda, su retiro fue descubierto gracias al grito gozoso de los pájaros, que habían encontrado en los alrededores a una de las aves que anidaban en los jardines del monasterio.

No es seguro que estas leyendas tengan algo de verdad; pero, en todo caso, sirven para hacer comprender que san Fructuoso tenía discípulos donde quiera que iba. Para ellos construyó el santo varios conventos; también construyó un convento de religiosas, que se llamó Nona, porque distaba nueve leguas del mar. Entre los discípulos de san Fructuoso que abrazaron la vida religiosa, se contaban familias enteras, padres e hijos. Esto creaba probablemente serias dificultades al santo, ya que no todos los aspirantes tenían verdadera vocación, sino que algunos pretendían simplemente huir del servicio militar o de las exacciones de algún tiranuelo. Pero lo cierto es que los monasterios familiares empezaron a popularizarse tanto, que el gobernador de una provincia pidió al rey que obligase a los ciudadanos a solicitar su permiso antes de entrar en la vida religiosa. San Fructuoso redactó dos reglas: una muy estricta para Complutum, fundada en la de san Benito, aunque exigía la obediencia ciega, y otra para los monasterios familiares. En esta última, determinaba que el pabellón de los hombres y los niños estuviese totalmente separado del de las mujeres y las niñas; cuando los niños de ambos sexos llegaban al uso de razón, tenían que ser instruidos en las reglas; después se los enviaba a otra casa de la orden como oblatos, «oblati a parentibus».

Viendo que no podía vivir en la soledad si permanecía en su país, san Fructuoso determinó ir a Egipto; pero, cuando se disponía a partir, el rey se lo prohibió. El monarca, que le tenía en gran estima, le llamó a la corte y mandó que le vigilasen constantemente para que no pudiese escapar. Poco después, san Fructuoso fue elegido obispo de Dumium. El año 656 fue nombrado arzobispo de Braga y asistió al Concilio de Toledo. Al principio encontró violenta oposición en su arquidiócesis, pero su paciencia y mansedumbre triunfaron, poco a poco, de sus enemigos. Cuando comprendió que había llegado su última hora, pidió que le transportasen a una iglesia, donde murió sobre una cruz de ceniza.


Marón de Monte Áureo, Santo

Mártir, 15 de Abril

 Martirologio Romano: En el Monte Áureo, en el Piceno, en Italia, san Marón, mártir.

Mártir junto con Eutiques y Victorino. Según la “Gesta de Nereo y Aquiles” estos santos pertenecían al ambiente de santa Flavia Domitila, a la que acompañaron en el exilio en la isla de Ponza; regresaron a Roma donde sufrieron el martirio durante el imperio de Trajano.

Las noticias más antiguas nos llevan a Roma cuando gobernaba el emperador Domiciano, de la dinastía Flavia. También pertenecía a esta familia santa Flavia Domitila, jovencísima prima del emperador, “oveja negra” de la familia imperial, porque era cristiana.

Prometida en matrimonio, ya desde niña, a Aureliano, de noble familia senatorial, fue disuadida para que no celebrase estos esponsalicios por Marón, junto a sus amigos Eutiques y Victorino, que a los ojos de Aureliano aparecían como los responsables del rechazo de Flavia Domitila. Marón fue condenado a trabajos forzados y enviado a la vía Salaria, a 130 millas de Roma, a que trabajase todo el día en las granjas de Aureliano, donde a pesar de ser tratado como esclavo, gozó de prestigio y fomentó la fe en Cristo.

Luego de recuperar su libertad, Marón no dejó de predicar el evangelio a los idólatras y por este motivo, en tiempo de Trajano, fue condenado a muerte.


Tomáide, Santa

Mártir por defender su castidad, 14 de Abril

Martirologio Romano: En Alejandría de Egipto, santa Tomáide, mártir. (476)

Santa Tomáide, mártir cerca de Alejandría de Egipto, es recordada en los sinasarios bizantinos mediante un largo elogio, rico de detalles, perfilando una suerte de una María Goretti de otros tiempos, uno de los tantos ejemplos de jóvenes cristianas que han preferido la muerte a perder la integridad de su virginidad. Nacida en Alejandría, fue dada por esposa a un pescador, pero el suegro preso de una impura pasión intentó seducirla. La santa se opuso con firmeza de ánimo y con toda su fuerza y entonces el cortejador, con un golpe de espada, la cortó en dos, provocando así la muerte de ella. Era el año 476.

El viejo, quien se quedó ciego, confesó el delito y fue decapitado. La noticia del glorioso martirio de Tomáide se difundió en seguida por los alrededores de Alejandría, y el abad Daniel hizo sepultar el cuerpo de la santa en el cementerio de los monjes. Seguidamente las reliquias fueron trasladadas a Constantinopla. El aceite de las lámparas que ardían sobre su tumba fue utilizado como remedio contra las tentaciones de la carne.


Ida de Boulogne, Beata

Laica Viuda, 13 de Abril

Martirologio Romano: En el monasterio de Santa María de Capelle, cerca de Wast, en la región de Boulogne, Francia, beata Ida, quien, viuda de Eustaquio, conde de Boulogne, brilló por su liberalidad hacia los pobres y por su celo en el decoro de la casa de Dios. (1113)

Ida nació en Bolonia en 1040. Era hija de Godofredo, duque de Baja Lotaringia, y a los diecisiete años se casó con Eustaquio II, conde de Bolonia. Sus inmensas posesiones se extendían desde Luxemburgo hasta el Atlántico pasando por las Ardenas y Pas de Calais.

Era mujer muy devota y recibió dirección espiritual de san Anselmo, quien mantenía con ella una correspondencia espiritual que ha llegado hasta nosotros. Su ocupación favorita era confeccionar bellos ornamentos litúrgicos. Rezaba con tanto fervor que el cronista Guillermo de Tiro atribuía buena parte del éxito de la primera cruzada a sus oraciones.

Luego de quedar viuda se dedicó a dotar ricamente a las antiguas abadías de San Bertino, Bouillon y Affkughem. Fundó, además otras tres. Murió el 13 de abril de 1113 y sus restos fueron enterrados en una de las abadías que ella construyó, donde muy pronto empezó a obrar milagros.

Tuvo dos hijos y un yerno que han dejado huella en la historia. Sus hijos, Godofredo de Bouillon y Balduino I tomaron parte en la gloriosa primera cruzada y fueron los primeros soberanos francos del reino de Jerusalén. Su yerno fue Enrique IV, emperador de Alemania, cuyo nombre quedó unido a la ‘cuestión de las Investiduras’. Cuando fue derrotado, tuvo que implorar perdón al Papa Gregorio VII, pero más tarde, reemprendió las hostilidades, se apoderó de Roma y mandó al Papa a morir en el exilio.


Alferio, Santo

Abad, 12 de Abril

 Martirologio Romano: En el monasterio de Cava de`Tirreni, en la región de Campania, Italia, san Alferio, fundador y primer abad, que, después de ser consejero de Guaimario, duque de Salerno, se hizo discípulo de san Odilón en Cluny y se distinguió de forma excelente en la observancia de la vida monástica. (1050)

Fecha de canonización: En el año 1893 por el Papa León XIII.

Nacido en Salerno en el año 930 de la noble familia de Pappacarbone, sirvió durante mucho tiempo para el Duque Gisulf de Salermo, en 1002, fue jefe de una misión con destino a Francia con el rey Henry II, para la protección de su señor y su principado.

Después de haber estado gravemente enfermo antes de cruzar los Alpes, pidió hospitalidad en el monasterio de San Michele della Chiusa, Italia, y mientras sus compañeros siguieron su camino, él prometió a Dios que si sobrevivía, le entregaría su vida a Él asumiendo una vida religiosa.

De hecho, se recuperó, y cumpliendo su promesa dejó el mundo para usar el hábito benedictino en Cluny, Francia, donde fue entrenado por San Odilio. Algunos años más tarde, el Duque Gisulf lo llamó nuevamente para que lo ayude a reformar los monasterios en Salerno, pero después de un intento infructuoso, Alferio se retiró con dos compañeros a la “Cavea Metileana”, cerca de Salerno (en la Cava dei Tirreni) para llevar allí una vida eremita en oración y penitencia.

Su reputación de santidad y sabiduría se extendió por toda la región, por lo que muchos estudiantes se acercaban a él, de entre ellos seleccionó doce, y fundó la abadía Benedictina de la Santísima Trinidad de La Cava bajo la regla de Cluniac.

La abadía se volvió el modelo a seguir para otras fundaciones en la zona; esta red de casas se volvió una fuerza poderosa para la civilización y religión en Sicilia e Italia del sur.

Vivió hasta los 120 años de edad, y gobernó la abadía hasta el día de su muerte; ese día el celebró Misa y lavó los pies de sus hermanos, incluso el futuro Papa Víctor III. Era el Jueves Santo del año 1050.


Lanuino, Beato

Monje, 11 de Abril

 Martirologio Romano: En Calabria, Italia, beato Lanuino, que fue compañero de san Bruno y sucesor suyo, insigne intérprete del espíritu del fundador en las instituciones y monasterios de la Cartuja. (1119)

Fecha de beatificación: Culto confirmado el 4 de febrero de 1893 por el Papa León XIII.

Aunque es poco conocido en el exterior, su orden le ha profesado siempre gran veneración. Lanuino era normando de nacimiento. Hacia el año 1090 llegó a la gran Cartuja, y más tarde acompañó a San Bruno a Calabria. Cuando el santo fundador murió, en 1101, Lanuino fue elegido para sucederle en el gobierno de las dos abadías que la orden tenía entonces en el sur de Italia. Algunos monjes se habían opuesto a la elección de Lanuino. Queda todavía una carta que escribió el papa Pascual II al nuevo superior, para felicitarle de que sus monjes hubiesen resuelto pacíficamente sus diferencias; en la misma carta les recomienda que no presuman de la austeridad de su regla, sino que busquen en todas las ocasiones la paz y la unión con Dios.

En 1102, Lanuino fue a un sínodo en Roma. En 1104, el mismo Sumo Pontífice le escribió otras cartas, en las que alababa el celo con que había ejecutado los mandatos del sucesor de Pedro y le confiaba una difícil negociación con los obispos del sur de Italia. En 1105, Lanuino fue nombrado visitador de todos los conventos de Calabria para restaurar la disciplina monástica. Ocho años más tarde, el beato fue a Roma y obtuvo del papa Pascual una bula de protección de las abadías de la Cartuja. El beato Lanuino murió el 11 de abril de 1120, rodeado de la veneración de sus monjes, pero su fiesta se celebra en la Orden el día 14.


Macario de Antioquía, Santo

Peregrino, 10 de Abril

Martirologio Romano: En Gante, Flandes, ahora Bélgica, san Macario, peregrino, que fue recibido entre los monjes de San Bavón, y al año siguiente falleció consumido por la peste ( 1012).

Hijo de una familia cristiana de origen armenio, fue educado por el arzobispo de Antioquía, fue tan buen estudiante que muy pronto se vio ejerciendo tareas encargadas por su mentor, en su cumplimiento resaltaban siempre sus conocimientos y virtudes, por lo que el arzobispo decidió nombrarlo su sucesor.

Gobernó durante algún tiempo la Iglesia en Antioquía, pero temiendo que los honores que recibía constantemente le hicieran perder la humildad, renunció al cargo y partió en secreto en peregrinación a Palestina. Allí intenta convertir a sarracenos reacios a escucharle, y fue echado a la cárcel, atado de pies y manos y cargado una pesada piedra colgada de su cuello. Sin embargo, milagrosamente logra escapar sin sufrir ningún daño.

Decidió, entonces, peregrinar hacia el oeste, pasa por varias provincias de Francia, llegando finalmente a Flandes y, deteniéndose en Gante, donde es recibido por los monjes de San Bavón. Después de unos meses, pensó regresar al este, pero una terrible enfermedad cayó sobre Gante, por lo que decidió quedarse para atender a los enfermos, mientras en sus oraciones pedía al Señor que permitiera la sanación del pueblo que sufría, ofreciendo su vida a cambio de la vida de toda esa gente, murió poco después, y junto con él desapareció la enfermedad, era el 12 de abril de 1012.


Demetrio de Tesalónica, Santo

Mártir, 09 de Abril

 Martirologio Romano: Cerca de Sirmio, en Panonia, san Demetrio, mártir, muy venerado en todo el Oriente y, de modo especial, en la ciudad de Tesalónica ( s.III/IV).

Etimológicamente: Demetrio = Aquel que se dedica a la agricultura o la Tierra, es de origen griego.

Nació en la ciudad de Solún, Grecia. Sus padres, quienes practicaban el Cristianismo en secreto, lo bautizaron y le enseñaron la religión. Su padre, procónsul romano, falleció cuando Demetrio era mayor de edad.

El emperador Maximiano (s. IV) nombró a Demetrio gobernador y militar de toda Tesalónica. La principal función de San Demetrio era defender la provincia de los enemigos, obligándolo el emperador a que exterminara también a los cristianos. Demetrio en lugar de esto comenzó a eliminar las costumbres paganas y a los paganos los convertía a la fe cristiana. Pronto llegó a oídos del emperador que el procónsul Demetrio era cristiano; y sabiéndolo Demetrio, se preparó para la muerte, repartió sus pertenencias a los pobres, haciendo una vida de ayuno y penitencia. El emperador recluyó al procónsul y comenzó a distraerse con escenas de gladiadores y circos, donde llevaba a la arena a los cristianos. El conocido gladiador Liaco fácilmente dominaba a los sumisos cristianos en las luchas y ante la exaltada multitud los arrojaba sobre las lanzas de los guerreros.

El joven cristiano San Néstor, visitó a San Demetrio en el cautiverio y San Demetrio lo bendijo para un combate cuerpo a cuerpo con Liaco. Reforzado por Dios, San Néstor venció al orgulloso gladiador. En cuanto Maximiano conoció la razón por la que Néstor había ganado, ordenó que San Demetrio fuera traspasado con las lanzas de sus celadores, y que San Néstor fuera decapitado con su propia espada. El cuerpo del mártir San Demetrio fue arrojado como alimento para las bestias, pero los pobladores lo sepultaron en secreto.

Durante el gobierno del emperador Constantino el Grande (324-337) ante la tumba del mártir San Demetrio fundaron un templo y a los 100 años fueron encontradas sus santas reliquias. La biografía de san Demetrio dice que liberaba reclusos de las manos de los contrarios y les ayudaba a llegar hasta Solún.

Desde el siglo VII junto a sus reliquias comenzó a fluir una aromática y milagrosa mirra, lo cual se divulgó en esa época, “por su composición no es agua, es más espesa y eso no se parece a ninguna sustancia conocida por nosotros... Es sumamente aromática no solo de lo que conocemos como artificial sino en relación a todo lo creado por Dios”.


Domingo del Santísimo Sacramento, Beato

Sacerdote Trinitario, 08 de Abril

 Martirologio Romano: En el convento de Belmonte, cerca de Cuenca, España, beato Domingo del Santísimo Sacramento Iturrate, presbítero de la Orden de la Santísima Trinidad, que trabajó con todas sus fuerzas en la salvación de las almas y en fomentar la glorificación de la Trinidad (1927).

Fecha de beatificación: 30 de Octubre de 1983 por el Papa Juan Pablo II.

Primogénito de once hermanos, Domingo Iturrate Zubero nació en Dima (Vizcaya, España) el 11 de mayo de 1901. Los padres del Beato Domingo fueron Simón Iturrate y María Zubero. Se caracterizaba por tener al mismo tiempo un temperamento sensible y propenso a la irritabilidad, desde niño iban despuntando en él, al calor de un buen hogar cristiano, los gérmenes de una honda piedad eucarística y mariana, así como la inclinación vocacional. Al recibir la primera comunión, con diez años de edad, se le podía considerar ya un enamorado de Cristo.

Abrazó la Orden Trinitaria en 1914 (noviciado en 1917; primeros votos en 1918). Al final del noviciado, su aspecto físico denotaba a las claras que calcaba la mano en privaciones y penitencias, pero nadie supo intuir su calvario interior. A posteriori, gracias a una posterior confidencia suya al director espiritual, se supo que de los 14 a los 17 años había sido sometido por Dios a la llamada «noche oscura del espíritu», transida de sequedades, zozobras, angustias, con la persuasión de pertenecer al «número de los réprobos y condenados». «El día de mi profesión simple -sigue su declaración- cesaron los trabajos interiores y recibí el don de la tranquilidad. Desde entonces -habla al final de su vida- mi serenidad de ánimo es habitual; la paz y la quietud interior, inalterables».

En la Universidad Gregoriana, de Roma, cursó sus estudios filosóficos y teológicos (1919-1926) con óptimas calificaciones y el broche del doctorado en ambas disciplinas. Emitió sus votos solemnes el 23 de octubre de 1922; dos años más tarde, con el asentimiento de su santo director espiritual, Fray Antonino de la Asunción, abrazó «el voto de hacer lo que conociere ser más perfecto». Fue ordenado sacerdote el 9 de agosto de 1925.

Anhelaba ser misionero y heraldo del misterio trinitario en tierras de infieles; los superiores le orientaban al campo de la formación. Pero la Providencia tenía otro designio. En junio de 1926 se le reveló la enfermedad (tuberculosis pulmonar) que le llevaría a la tumba en Belmonte (Cuenca, España) el 7 de abril de 1927. Sus reliquias se veneran en la Iglesia del Redentor (Algorta, España), de los Religiosos Trinitarios.


Hegesipo, Santo

Laico, 07 de Abril

Martirologio Romano: Conmemoración de san Hegesipo, que vivió en Roma durante los pontificados de Aniceto y Eleuterio, y con estilo sencillo escribió una historia de los hechos eclesiásticos, desde la Pasión del Señor hasta su tiempo ( c.180).

Actualmente se considera a San Hegesipo como el padre de la Historia de la Iglesia. Era judío de nacimiento y pertenecía a la Iglesia de Jerusalén. En Roma pasó casi 20 años, desde el pontificado de San Aniceto hasta el de San Eleuterio. El año 177 volvió al oriente, donde murió ya muy anciano, probablemente en Jerusalén. La tradición indica que en el curso de sus viajes visitó los principales centros cristianos del occidente y del oriente e hizo notar con gran satisfacción que todas las herejías provenían de individuos, pero que ninguna de las Iglesias ni sedes episcopales habían caído en el error; en todas partes había encontrado la unidad de la fe tal como lo había querido Cristo. Desgraciadamente, solo se conservan unos cuantos capítulos de los cinco libros de la Historia de la Iglesia que escribió y que comprendían desde la Pasión del Señor hasta la época del autor.


Pedro de Verona, Santo

Sacerdote y Mártir, 06 de Abril

 Martirologio Romano: En Milán, Lombardía, pasión de san Pedro de Verona, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, el cual, nacido de padres maniqueos, todavía niño abrazó la fe católica y, siendo aún adolescente, recibió del mismo santo Domingo el hábito. Dedicado a combatir la herejía, de camino hacia Como cayó víctima de los enemigos, recitando en los últimos momentos el símbolo de la fe ( 1252).

Fecha de canonización: 25 de marzo de 1253 por el Papa Inocencio IV.

San Pedro, mártir dominico, nace hacia 1205, en Verona, la ciudad de la Lombardía italiana presa de la herejía de los Cátaros, propagadores del maniqueísmo en el centro y norte de Italia. Estos herejes puritanos, de espíritu belicoso y sectario. Pedro es un niño muy inteligente, sincero, agradable y firme en sus decisiones; parece predestinado a ser un apóstol del mundo herético; su familia no tiene inconvenientes que la educación del niño esté a cargo de un maestro católico.

Pedro ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene fama merecida; pero todavía goza de mayor influencia Santo Domingo de Guzmán, el Fundador de los dominicos y sus seguidores que cautivan tanto a estudiantes como a profesores. Son muchos los que se incorporan a la recientemente fundada Orden de Predicadores. Pedro con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de fray Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos. Con ímpetu juvenil se dedica al estudio, la oración y vive la austeridad y la penitencia con radicalidad; en todo es fiel imitador de Domingo de Guzmán. Terminada la formación eclesiástica, es ordenado sacerdote y nombrado Predicador del Evangelio de Jesús.

Pronto la Región Toscana, el Milanesado y la Romaña conocen a este fogoso predicador y formidable polemista; se dedicó a la predicación especialmente entre los cátaros. Una Característica importante es que siempre fue hombre de diálogo. Pedro es piadoso, austero y corre la voz de su santidad por todas partes. Se preocupó de la defensa de la fe, para ello instituyo las “Asociaciones de la fe” y la “Cofradía para la alabanza de la Virgen María”. Fue solícito de bien espiritual de las hermanas a quienes brindó su consejo y ayuda espiritual. Como buen religioso es un convencido de la vida de comunidad.

Ama a Jesucristo y como Él, experimenta la prueba, el menosprecio de algunos sectores y el ataque de quienes pensaban distinto. Su presencia evangelizadora a través de la Predicación continúa con intensidad, su capacidad organizadora le lleva a coordinar y fundar muchos más pequeños grupos organizados. Pero todo esto no hubiera sido posible sin la intensa oración. Se comenta que un día en su contemplación, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En el Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. Su respuesta es un prudente silencio y es enviado al Convento de la Marca Ancona donde intensifica su estudio y oración... Un día se desahoga ante un crucifijo: “¿Qué mal he hecho, Señor, para verme como estoy?”. Cristo Crucificado le dice: “Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?”. Estas atribuciones que la tradición le da, son fiel reflejo de la intensa comunicación que con Dios tenía a través de la Oración. Algo que había trascendido a los demás. La gente de Oración profunda transpira esa experiencia y no hace falta que publique sus experiencias místicas. Por lo general, éstas se convierten en reflexiones profundas y acciones apostólicas.

El Papa Gregorio IX le conoce y le nombra en 1232 Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres. Sucesivamente es superior de los Conventos de Piacenza, Como y Génova. En 1243 Inocencio IV confirma a Pedro como Inquisidor General; pero una conjura pesa sobre él para asesinarle. Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras (moneda de Milán). Era el 6 de abril de 1252. Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas le faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo “CREO”. El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien ama. Tenía 46 años. Su cuerpo es trasladado al convento de Milán. El 25 de marzo del año siguiente Inocencio IV le canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana Su fiesta se celebra, de acuerdo al actual Martirologio Romano el 6 de abril.


Irene de Tesalónica, Santa

Virgen y Mártir, 05 de Abril

Martirologio Romano: En Tesalónica, ciudad de Macedonia, santa Irene, virgen y mártir, que por haber ocultado los libros sagrados, en contra de la prohibición del emperador Diocleciano, fue conducida a un lupanar público y después quemada por orden del prefecto Dulcecio, bajo cuyo mandato también sus hermanas Ágape y Quionia habían padecido, poco antes, el martirio. († 305)

Después del martirio de sus hermanas mayores, Irene compareció de nuevo ante el gobernador, quien le dijo: “Ahora se ha descubierto vuestra superchería; cuando te mostramos los libros, pergaminos y escritos referentes a la impía religión cristiana, tuviste que reconocer que eran tuyos, aunque antes habías negado los hechos. Sin embargo, a pesar de tus crímenes, estoy dispuesto a perdonarte, con tal de que adores a los dioses... ¿Estás dispuesta a hacerlo?” “No”, replicó Irene, “pues con ello correría peligro de caer en el infierno”. “¿Quién te aconsejó que ocultaras esos libros y escritos tanto tiempo?” “Nadie me lo aconsejó fuera de Dios, pues ni siquiera lo dijimos a nuestros criados para que no nos denunciaran”. “¿Dónde os escondisteis el año pasado, cuando se publicó el edicto imperial?” “Donde Dios quiso: en la montaña” “¿Con quién vivíais?” “Al aire libre, a veces en un sitio, a veces en otro” “¿Quién os alimentaba?” “Dios, que alimenta a todos los seres vivientes” “¿Vuestro padres estaba al corriente?” “No, ni siquiera lo sospechaban”. “¿Quién de vuestros vecinos estaba al tanto?” “Manda preguntar a los vecinos”. “Cuando volvisteis de las montañas, ¿leísteis esos libros a alguien?” “Los libros estaban escondidos y no nos atrevíamos a sacarlos; eso nos angustiaba, pues no podíamos leerlos día y noche, como estábamos acostumbradas a hacerlo”. La sentencia que dictó el gobernador contra Irene fue más cruel que la pena impuesta a sus hermanas.

Dulcecio declaró que Irene había incurrido también en la pena de muerte por haber guardado los libros sagrados, pero que sus sufrimientos serían más prolongados. En seguida ordenó que la llevasen desnuda a una casa de vicio y que los guardias vigilasen las puertas. Como el cielo protegió la virtud de la joven, el gobernador la mandó matar. Las actas afirman que pereció en la hoguera, obligada a arrojarse ella misma a las llamas. Esto es muy poco probable y algunas versiones posteriores dicen que murió con la garganta atravesada por una flecha.

Ante el ejemplo de estas mujeres que prefirieron morir antes que entregar la Sagrada Escritura y, ante el ejemplo de los monjes que pasaron su vida más tarde en copiar e iluminar los Evangelios, se impone un examen del aprecio en que tenemos la Palabra de Dios. Irene y sus hermanas se angustiaban de no poder leer la Sagrada Escritura día y noche. Muchos de nosotros no la leemos cada día, a pesar de que tenemos la oportunidad de hacerlo. La historia de Ágape, Quionia e Irene es una lección saludable.


Cayetano Catanoso, Santo

Presbítero y Fundador, 04 de Abril

 Martirologio Romano: En Reggio Calabria, Italia, beato Cayetano Catanoso, presbítero, que instituyó la Congregación de Hermanas Verónicas de la Santa Faz, para alivio de los pobres y abandonados. (1963)

Fecha de canonización: 25 de octubre de 2005 por el Papa Benedicto XVI.

Nació en Chorio di San Lorenzo, archidiócesis de Reggio Calabria, en una familia de agricultores profundamente cristianos, el 14 de febrero de 1879. Ese mismo día fue bautizado. En 1882 recibió el sacramento de la Confirmación.

A los diez años sintió la vocación al sacerdocio y entró en el seminario arzobispal de Reggio. Fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1902. Durante dos años fue prefecto de disciplina en el seminario. Luego, en 1904, fue nombrado párroco en una aldea, donde reinaba la pobreza, el analfabetismo, la ignorancia religiosa. Allí compartió las privaciones y sufrimientos de la gente. Fue celoso en el anuncio de la palabra de Dios y en la enseñanza de la doctrina cristiana, edificante en la celebración de los misterios divinos, asiduo en el ministerio de la Confesión, generoso con las familias necesitadas, y solícito con los enfermos. Para los jóvenes que no podían frecuentar las escuelas públicas abrió una escuela vespertina gratuita, en la que él era el maestro. Colaboraba con los párrocos de las aldeas vecinas en la predicación y en la administración del sacramento de la Penitencia.

Era muy devoto de la santa faz de Cristo y difundió con celo esa devoción entre el pueblo, implicando a sacerdotes y laicos en el apostolado de la reparación por los pecados, especialmente de la blasfemia y la profanación de las fiestas religiosas. Con feliz intuición, unió esta devoción a la piedad eucarística: el rostro real de Cristo lo encontramos en la Eucaristía, donde se oculta bajo el blanco velo de la Hostia. En 1918 fundó la Pía unión de la Santa Faz. Para ayudar a los jóvenes que querían ser sacerdotes pero no tenían recursos, instituyó la “Obra de los clérigos pobres”.

Desde 1921 hasta 1940 fue párroco, en la ciudad de Reggio, de la iglesia de Santa María de la Purificación. Allí desempeñó una actividad aún más intensa y más amplia. Se dedicaba en especial a la catequesis, las misiones populares, el ministerio de la Confesión, la asistencia a los pobres, a los enfermos y a los perseguidos por asociaciones criminales. Fomentaba con empeño el culto a la Eucaristía y promovía las vocaciones sacerdotales. Además, fue director espiritual en el seminario arzobispal, capellán de hospitales, confesor en casas religiosas y en cárceles, y canónigo penitenciario de la catedral.

En 1934 fundó las religiosas Verónicas de la Santa Faz, para propagar la devoción que constituía el fulcro de su espiritualidad y para ayudar a los sacerdotes más necesitados en las parroquias más perdidas y abandonadas. En 1953 la congregación recibió la aprobación canónica.
La misa, celebrada diariamente, y la adoración frecuente del santísimo Sacramento fueron el alma de su sacerdocio y el apoyo de su apostolado. Cultivó una devoción filial a la Virgen María, que irradió a sus religiosas y al pueblo fiel. Desde niño aprendió a rezar el rosario todos los días y lo siguió haciendo hasta su muerte. Practicó el sacrificio, la mortificación y la penitencia. Aceptó con paciencia las enfermedades y la ceguera que lo afligió en la última etapa de su vida. En 1929 se había ofrecido como víctima al Corazón de Cristo, anhelando completar en su carne lo que faltaba a los padecimientos de Cristo en favor de su cuerpo, que es la Iglesia. Se preparó con gran serenidad al encuentro definitivo con el Señor, que tuvo lugar el 4 de abril de 1963, en Reggio, en la casa madre de la congregación que había fundado. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo de 1987 y canonizado por S.S. Benedicto XVI el 25 de Octubre de 2005.


Sixto I, Santo

VII Papa, 03 de Abril

Martirologio Romano: En Roma, san Sixto I, papa, que en tiempo del emperador Adriano rigió la Iglesia Romana, siendo el sexto tras el bienaventurado Pedro (128).

Etimológicamente: Sixto = Aquel que es listo, es de origen griego.

El Papa San Sixto I (en los documentos más antiguos se usa ‘Xystus’ para los primeros tres papas con ese nombre), sucedió a San Alejandro y fue sucedido por San Telesforo.

Según el “Catálogo Liberiano” de papas, fue la cabeza de la Iglesia durante el reino de Adrián “a conulatu Nigri et Aproniani usque Vero III et Ambibulo”, es decir, desde 117 hasta 126. En su “Chronicon” Eusebio usó un catalogo de papas distinto al que usó en su “Historia eclesiástica”; en su “Chronicon” dice que Sixto I ocupó la posición de papa de 114 a 124, mientras que en su “Historia” menciona que fue papa de 114 a 128.

Todas las autoridades concuerdan en que la duración de su papado fue de cerca de diez años.

Era Romano por nacimiento, y su padre se llamaba Pastor. Según el “Liber Pontificalis”, pasó las tres ordenanzas siguientes:

1.- que no se le permita a nadie excepto por los sacerdotes tocar los Vasos Sagrados

2.- que los obispos que han sido convocados a la Santa Sede, no sean recibidos por su diócesis hasta que presenten las Cartas Apostólicas

3.- que después del prefacio en la Misa, el sacerdote recite el Sanctus junto con los fieles.

El “Catálogo Feliciano” de papas y las varias martirologías lo titulan de mártir.

Fue enterrado en el Vaticano junto a la tumba de San Pedro, y se dice que sus reliquias fueron transferidas a Alatri en 1132, aunque O Jozzi sostiene que todavía están en la Basílica Vaticana. Butler (Vidas de los Santos, 6 de Abril) dice que Clemente X le dio algunas de sus reliquias al Cardenal de Retz, quien las puso en la Abadía de San Miguel en Lorraine. El Xystus a quien se conmemora en el Canon de la Misa es Xystus II, no Xystus I.


Isabel Vendramini, Beata

Fundadora, 02 de Abril

 Martirologio Romano: En Padua, Venecia, beata Isabel Vendramini, virgen, que dedicó su vida a los pobres y, tras superar muchas adversidades, fundó el Instituto de Hermanas Isabelas de la Tercera Orden de San Francisco (1860).

Etimológicamente: Isabel = Aquella a quien Dios da salud, es de origen hebreo.

Fecha de beatificación: 4 de noviembre de 1990 por el Papa Juan Pablo II.

Isabel Vendramini, hija de Francisco y Antonia Ángela Duodo, Nació en Bassano del Grappa el 9 de octubre de 1790. Desde niña como ella misma escribe de sí fue prevenida con las más selectas bendiciones. La primera comunión y la confirmación para ella fueron etapas decisivas en su vida. Por algún tiempo fue alumna de las hermanas agustinianas, que la formaron en su itinerario espiritual.

Consagrada al Señor tras las huellas de San Francisco, de una fe activa y consciente, emprendedora desde el evangelio al servicio de los más pobres, en un programa de vida centrado en Cristo. En sus escritos encontramos las etapas de un maravilloso itinerario de alta espiritualidad seráfica y apostólica.

El 17 de septiembre de 1817, fiesta de los Estigmas de San Francisco, percibió claramente que era llamada a una vida de consagración. Desde entonces con gozo comenzó a llevar una vida de austera penitencia y de caridad. Asistía a los enfermos, y se dedicaba enteramente a la educación de las muchachas de un orfanato. En 1821 se hizo terciaria franciscana. El Señor la guiaba hacia caminos más elevados. El 1 de enero de 1827 dejó a Bassano y se trasladó a Padua. Tres días después fue contratada en la «Casa de los Expósitos» para la formación de las jóvenes. Allí se encontró con don Luigi Moran, quien se convirtió en su director espiritual y colaborador en la fundación que Isabel pretendía llevar a cabo. Madura en experiencia educativa, de apostolado, de gracias y de carismas, el 4 de octubre de 1830 tuvo comienzo la nueva congregación de las primeras Hermanas Terciarias Franciscanas Isabelinas con la vestición, y con la profesión religiosa el año siguiente.

Dios bendijo esta institución y el número de religiosas se acrecentó, recibieron una sólida formación bajo la guía inspirada de la Madre Isabel Vendramini. En 1834 fueron llamadas a la «Casa de las Industrias». En 1836 fueron encargadas de la instrucción de las niñas huérfanas, huéspedes del colegio del Beato Peregrino. Más tarde fueron llamadas para la asistencia de ancianos en casas de reposo y para los enfermos en casas de salud y hospitales. En los años de epidemia del cólera Isabel y sus isabelinas se prodigaron con heroica dedicación para la asistencia de los enfermos.

El desarrollo del instituto se daba bajo la vigilante y maternal guía de la Madre. Por 32 años fue la Superiora amada y venerada de su congregación, la que le dio la fisonomía franciscana y el ímpetu caritativo y misionero al instituto, que hoy cuenta con más de 150 comunidades. Llena de méritos y virtudes voló al cielo el 2 de abril de 1860. Tenía 70 años.


Jorge Vargas González, Beato

Mártir, 01 de Abril

Fecha de beatificación: 20 de noviembre de 2005, por el Papa Juan Pablo II, como parte de un grupo formado por él y otros 8 mártires mexicanos.

Nació en Ahualulco, Jalisco, el 28 de septiembre de 1899. Fue el quinto de once hermanos. Recibió el bautismo el 17 de octubre de ese año, imponiéndole el nombre de Jorge Ramón, aunque durante su vida utilizó sólo el primero. Siendo niño, su familia se trasladó a Guadalajara. Como muchos jóvenes católicos en México, Jorge participó de los anhelos y de las inquietudes de quienes sufrían el flagelo de la persecución religiosa; ejemplos en su familia no faltaban, en especial el de su íntegra y piadosa madre.

Durante la persecución religiosa, en 1926, siendo Jorge empleado de la Compañía hidroeléctrica, su hogar sirvió de refugio a muchos sacerdotes perseguidos, entre otros, el padre Lino Aguirre, quien sería luego obispo de Culiacán, Sinaloa, de quien Jorge fue custodio y compañero de correrías. A finales de marzo de 1927, los Vargas González recibieron en su hogar al proscrito líder Anacleto González Flores, columna de la resistencia católica de Jalisco y sus alrededores; la familia conocía de sobra lo que podía costar su acción.

En ese lugar los sorprendió la celada del 1 de abril. Todos, hombres, mujeres y niños, entre vejaciones y sobresaltos, fueron aprehendidos por el jefe de la policía de Guadalajara. Un mismo calabozo sirvió para alojar a tres de los Vargas González: Florentino, Jorge y Ramón; su crimen, haber alojado a un católico perseguido.

Horas después encerraron en una celda contigua a Luis Padilla Gómez y a Anacleto González Flores. Se lamentó luego de no poder recibir la Comunión, siendo ese día viernes primero, pero su hermano Ramón le reconvino: ‘No temas, si morimos, nuestra sangre lavará nuestras culpas’. La entereza de ánimo de los hermanos se mantuvo, charlando con desenfado antes de ser ejecutados. Por una orden de último momento, uno de los tres hermanos, Florentino, fue separado del resto.

Antecedió a la muerte de Jorge algún tipo de tormento, pues su cadáver presentó un hombro dislocado, contusiones y huellas de dolor en el semblante; lo cierto es que llegada la hora, con un crucifijo en la mano, y esta junto al pecho, el siervo de Dios recibió la descarga del batallón, que ejecutó la sentencia. Durante el sepelio, cuando la madre de las víctimas estrechó en sus brazos a Florentino, le dijo: ‘¡Ay, hijo! ¡Qué cerca estuvo de ti la corona del martirio!; debes ser más bueno para merecerla’; el padre, por su parte, al enterarse cómo y por qué murieron, exclamó: ‘Ahora sé que no es el pésame lo que deben darme, sino felicitarme porque tengo la dicha de tener dos hijos mártires’.


Juana de Toulouse, Beata

Virgen, 31 de Marzo

Martirologio Romano: En Toulouse, Francia, beata Juana, virgen, de la Orden de las Carmelitas (s. XV).

Etimológicamente: Juana = versión femenina del nombre Juan = Dios es misericordia, es de origen hebreo.

Fecha de beatificación: Su culto fue confirmado el 11 de febrero de 1895 por el Papa León XIII.

A principios del año 1240, los Hermanos Carmelitas de Palestina se establecieron en Toulouse. Veinticinco años después, cuando San Simón Stock cruzó Toulouse camino de Burdeos, se le aproximó una mujer llamada Juana, la cual le suplicó que la admitiera en su orden. El prior Juan la admitió, la cubrió con el hábito carmelita y le permitió hacer el voto de perpetua castidad. En lo que fue posible, Juana observó estrictamente la regla de San Alberto de Jerusalén y fue venerada, no sólo como la primera terciaria carmelita, sino como la fundadora de las terciarias.

Diariamente frecuentaba la iglesia de los padres y combinaba la penitencia con el amor, privándose casi de las cosas necesarias de la vida para ayudar a los pobres y enfermos. Acostumbraba también dirigir a los jóvenes en las prácticas de la santidad para prepararlos a entrar en la orden carmelita. Solía llevar consigo una imagen del Redentor crucificado, que ella estudiaba como si hubiese sido un libro.

La Beata Juana fue sepultada en la iglesia de los carmelitas de Toulouse y a su tumba acudían en gran número todos aquellos que buscaban su intercesión. Fue venerada durante 600 años y su cuerpo fue varias veces custodiado como reliquia, especialmente en 1805, cuando un pequeño libro de oraciones manuscrito fue encontrado a su lado.


Ludovico de Casoria, Santo

Presbítero y Fundador, 30 de Marzo

 Martirologio Romano: En Nápoles, San Ludovico (Arcángel) Palmentieri de Casoria, Presbítero de la Orden de los Frailes Menores, que, empujado por amor y caridad hacia los pobres en Cristo, fundó las Congregaciones de los Hermanos de la Caridad y las Monjas Franciscanas de Santa Isabel. ( 1885)

Etimológicamente: Ludovico = nombre de origen germánico equivalente a Luis, su significado es: Aquel guerrero que es popular

Fecha de beatificación: 18 de abril de 1993 por el Papa Juan Pablo II.

Fecha de canonización: 23 de noviembre de 2014 por el Papa Francisco.

Ludovico (en el siglo, Arcángel Palmentieri) nació en Casoria (Nápoles) el 11 de marzo de 1814 y fue bautizado al día siguiente. Atraído por los Frailes Menores del vecino convento de San Antonio en Afragola (Nápoles), entró en el convento de San Juan del Palco en Taurano (Avellino) el 17 de junio de 1832. Recibió la ordenación sacerdotal el 4 de junio de 1837. En 1847, mientras oraba, el Señor le indicó el nuevo camino que debía recorrer, al servicio de los pobres y los enfermos. A ellos, convertido en hombre nuevo, dedicó sus primeros cuidados: en su celda del convento de San Pedro en Aram, Nápoles, montó una farmacia para los frailes enfermos.

Más tarde adquirió una quinta, llamada La Palma, donde creó una enfermería para los frailes. Allí quiso que estuviera también la sede de la Obra de los «Moretti», que, en sus planes de evangelización misional, debía servir para educar a los jóvenes africanos y hacerlos apóstoles de África (África convertirá al África). Con la misma finalidad misionera, dio vida después a la Obra de las «Morette», que encomendó a las Hermanas Estigmatinas de la sierva de Dios Anna Fiorelli Lapini.

Creó diversas obras asistenciales: asilos para ancianos, convictorios, escuelas, colonias agrícolas, hospicios, montes de piedad, tipografías...

En su inmenso deseo de hacer el bien, promovió también la cultura, que consideraba como la vía para la fe y medio de promoción humana, poniendo en marcha modernas iniciativas culturales, como un observatorio meteorológico, cinco revistas, la traducción al italiano de las Obras de san Buenaventura, una edición de bolsillo de la Biblia, etc.

Circundado de gran fama de santidad, el padre Ludovico concluyó su misión terrena en Nápoles, en el Hospicio Marino (último creada por él, en pro de los marineros ancianos), el 30 de marzo de 1885, Lunes Santo. Allí reposan sus restos mortales desde 1887, bajo la custodia de sus hijas espirituales, las Hermanas Elisabetinas Grises (“Elisabettine Bigie”), que había fundado en 1862.


Cirilo de Heliópolis, Santo

Diácono y Mártir, 28 de Marzo

Martirologio Romano: En Heliópolis, de Fenicia, san Cirilo, diácono y mártir, que bajo el emperador Juliano el Apóstata sufrió un cruel martirio ( c.362).

Durante el reinado del emperador Constantino, Los cristianos demolieron templos e imágenes paganas, convirtiendo a muchos a la fe cristiana. Al hacer esto, se granjearon el resentimiento de la población pagana, que, sin embargo, no pudieron vengarse mientras el emperador simpatizara con los cristianos. Su oportunidad llegó cuando Juliano el Apóstata ocupó el trono y proclamó que todos aquellos que hubieran destruido templos paganos deberían reconstruirlos o pagar una fuerte multa.

San Cirilo era diácono de Heliópolis, ciudad cercana al Líbano. Al advenimiento de Juliano, los paganos se lanzaron contra él y le dieron muerte, desgarrándole el vientre y, según se cuenta, devorándole el hígado.


Conón de Naso, Beato

Abad, 28 de Marzo

 Martirologio Romano: En Naso, cerca de Mesina, Sicilia, beato Conón, monje, el cual, de regreso de una peregrinación a los Santos Lugares, al encontrar difuntos a sus padres, distribuyó su hacienda familiar entre los indigentes y abrazó la vida eremítica, según la disciplina de los monjes orientales († 1236).

Conón, habría nacido en Naso (Mesina, Sicilia, Italia), en 1139, hijo del Conde Norman Anselmo, gobernador de la ciudad.

Todavía muchacho dejó casa y riquezas, e ingresó en el monasterio basiliano local. Transferido al Convento de Fragala, donde tuvo como maestros espirituales a San Silvestre de Troina y San Lorenzo Frazzano, que lo prepararon para el sacerdocio.

Conón, después de la ordenación, continuó mostrando señales de una vocación a la ermita y, con el permiso de sus superiores, se retiró a una cueva, que tomó el nombre de Rocca d'Almo. Pronto su fama de santidad superó los límites de Naso.

Sus superiores le ordenaron regresar al monasterio, donde fue elegido abad. Más tarde, después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa, otorgó a los pobres el rico legado de sus padres, y nuevamente se retiró, en esta ocasión a la cueva de San Miguel. Murió a los 97 años de edad, un 28 de marzo 1236.


María-Eugenio del Niño Jesús, Beato

Sacerdote y Fundador, 27 de Marzo

Martirologio: En Venasque, Francia, Beato María-Eugenio del Niño Jesús (en el siglo Henri Grialou), sacerdote profeso de la Orden de los Carmelitas Descalzos, Fundador del Instituto Secular de Nuestra Señora de la Vida († 1967).

Fecha de beatificación: 19 de noviembre de 2016 durante el pontificado del Papa Francisco.

Enrique (Henri) Grialou nació el 2 de diciembre de 1894, en una modesta familia de Gua, pueblo minero de la región de Aveyron, en Francia. Fue el tercero de cinco hermanos. Su infancia estuvo marcada por la muerte de su padre, en 1904 y, a partir de entonces, por el esfuerzo abnegado de su madre para sacar a sus hijos adelante, a pesar de las dificultades.

Educado en un clima de fe, se siente desde niño atraído por el sacerdocio. Ni las penurias de su familia, ni la Primera Guerra Mundial, que interrumpirá sus estudios de seminarista, apartarán a Enrique de su decisión de ser sacerdote. Por el contrario, le harán madurar en su vocación y en su convencimiento de entregarse totalmente a Dios. Una característica de toda su vida será esta entrega total a la voluntad de Dios, manifestada a través de los acontecimientos. Un libro sobre Juan de la Cruz le descubre su llamada al Carmelo Teresiano.

Después de su ordenación sacerdotal, el 4 de Febrero de 1922 entra en el noviciado de los carmelitas, a pesar de la oposición de su madre y de sus formadores. El 10 de Marzo de 1922, el joven sacerdote Enrique Grialou recibe el hábito de la Orden del Carmen, tomando el nombre de fray María Eugenio del Niño Jesús. En este tiempo, entregado al silencio, a la oración, al encuentro con Dios, profundiza en la gracia profética y mariana del Carmelo, haciéndola suya. Se empapa de las enseñanzas de los grandes maestros del Carmelo, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, sin olvidar nunca a su amiga de infancia, Teresita del Niño Jesús. El padre María Eugenio presiente ya que tiene una misión. Esta misión, se irá explicitando como carmelita, y más tarde, como fundador de un Instituto Secular. A lo largo de toda su vida servirá apasionadamente a su Orden y a la Iglesia.

Desde el comienzo de su ministerio, convencido de la riqueza de la doctrina espiritual de los santos carmelitas, se dedicará con todas las fuerzas a difundir sus enseñanzas a públicos muy diversos, tanto oralmente como a través de sus escritos. Impregnado de la actualidad de la reformadora del Carmelo, santa Teresa de Jesús, se pone a trabajar para revitalizar los Carmelos en Francia, siendo nombrado visitador apostólico por Pío XII, en 1948. También ocupará algunos puestos de responsabilidad al servicio de la Orden: Definidor General (1937-1954), Vicario General (1954-1955), y Provincial del Sur de Francia. Entre sus diferentes escritos, destacamos su obra maestra, Quiero ver a Dios que nos abre a su propia experiencia espiritual.

Llamado por Dios para transmitir su gracia a una familia espiritual, funda en 1932 el Instituto Secular Notre-Dame de Vie, en Venasque (Francia). Este Instituto está formado por laicos consagrados, hombres y mujeres, y sacerdotes, que viven de la espiritualidad del Carmelo e intentan testimoniar de la presencia del Dios Vivo en los ambientes más diversos, en medio del mundo; viviendo y enseñando el camino de la oración contemplativa.

El padre María-Eugenio se va a la casa del Padre el 27 de Marzo de 1967, un lunes de Pascua, día de la fiesta de Notre-Dame de Vie, instituida por él para celebrar la alegría de María al ver a su Hijo resucitado. Desde entonces su obra prolonga su acción. Su carisma continúa vivo entre nosotros a través del libro Quiero ver a Dios, de sus escritos y enseñanzas, del Instituto Secular Notre-Dame de Vie y de todas aquellas personas que en su Orden y en la Iglesia le conocieron.

Causa de canonización

La causa del Padre María-Eugenio se abrió en 1985. El arzobispo de la diócesis de Avignon, Raymond Bouchex, formó un tribunal eclesiástico y una comisión de expertos. El resultado de todos los trabajos fueron 25.000 páginas de documentos y testimonios que fueron enviados en 1994 a Roma, a la Congregación para la Causa de los Santos que redactó la Positio que contiene una biografía muy documentada y todos los elementos necesarios para comprobar las virtudes heroicas del Padre María-Eugenio. Finalmente, el 19 de diciembre de 2011, S.S. Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto reconociendo tales virtudes

El viernes 4 de marzo de 2016, S.S. Francisco autoriza la promulgación de un decreto reconociendo un milagro obrado por Dios por intercesión del Venerable María-Eugenio del Niño Jesús, su nombre quedó inscrito en la lista de beatos el 19 de noviembre, fecha en la que se realizó la ceremonia de beatificación.


Bercario, Santo

Abad, 26 de Marzo

Martirologio Romano: En Montier-en-Der, en la región de la Champaña en Francia, san Bercario, primero abad de Hautvillers y después de Der, que, violentamente apuñalado el día de Jueves Santo por un monje al que había reprendido, pasó al cielo el día de la Resurrección. (685)

A mediados del siglo VII, Nivardo, obispo de Reims, emprendió un viaje por Aquitania, donde conoció a los padres de Bercario y, viendo las grandes cualidades de éste, les rogó que le diesen una buena educación a fin de prepararle para el sacerdocio. Así lo hicieron y, con el tiempo, Bercario recibió la ordenación sacerdotal e ingresó en la abadía de Luxeuil.

Al fundar la abadía de Hautvilliers, Nivardo nombró a san Bercario primer abad. En el ejercicio de ese cargo, san Bercario fundó en el bosque de Der otro monasterio, llamado Montier-en-Der y el convento de Puellemontier; según se dice, las primeras seis religiosas de ese convento eran unas esclavas que el santo había rescatado.

En la abadía de san Bercario había un monje joven llamado Daguino, cuya conducta era poco satisfactoria. En cierta ocasión, san Bercario le impuso una grave penitencia. Entonces Daguino, furioso al ver que su abad le reprendía constantemente, penetró en la celda de san Bercario por la noche y le apuñaló. En cuanto cometió el crimen, el miedo y los remordimientos le hicieron precipitarse a tocar a rebato la campana de la iglesia, por lo que todos los monjes acudieron inmediatamente a la celda del abad y le encontraron agonizante. El culpable confesó su crimen y fue conducido ante san Bercario, quien le perdonó inmediatamente. El santo sobrevivió dos días y falleció el 26 de marzo del año 685, el día de Pascua.

Algunas veces se le representa junto a un barril de vino, con lo que se alude a la siguiente leyenda: cuando Bercario era monje en Luxeuil, su abad le mandó llamar en el momento en que transvasaba el vino y acudió inmediatamente, sin preocuparse siquiera por tapar el tonel. Cuando volvió a la bodega, se encontró con que se había obrado el milagro de que el vino, en vez de seguir fluyendo, se había detenido en el aire, como si el chorro estuviese congelado.


Hermelando, Santo

Abad, 25 de Marzo

Martirologio Romano: En la isla de Antrum (hoy Aindre), cerca de Nantes, en Francia, san Hermelando, el cual, después de servir en la corte real, se hizo monje del monasterio de Fontenelle y finalmente fue designado primer abad del lugar ( c. 720).

San Hermelando nació en la diócesis de Noyon y desde su más temprana juventud aspiró a la vida religiosa. Sus padres, sin embargo, tenían mundanas ambiciones respecto a él y lo enviaron a la corte del rey Clotario III, donde fue nombrado escanciador. Se dispuso casarlo y ya se hacían los preparativos para la boda, cuando convencido de que esa no era la voluntad de Dios para él, Hermelando abrió su corazón al rey que, aunque entristecido ante la idea de separarse de él, consintió en que siguiera su verdadera vocación.

Se trasladó a la abadía de Fontanelle, en Normandía, y recibió el hábito de manos de San Lamberto. Cuando San Pascasio, obispo de Nantes, solicitó monjes del monasterio para que tomaran parte en la evangelización de su diócesis, Lamberto escogió a Hermelando y le nombró superior de los doce hermanos que fueron enviados.

Pascasio les dio para que se establecieran un monasterio que él había construido en el estuario del río Loira, en la isla llamada Aindré; ahí observaron la regla de San Columbano, como la habían observado en Fontenelle. En aquélla soledad, San Hermelando y sus hermanos vivieron una vida de gran austeridad y, a pesar de su aislamiento, su fama se extendió rápidamente entre los habitantes de tierra firme. Los padres llevaban a sus hijos para que fueran educados por los monjes, que les enseñaban a ser buenos cristianos así como el amor al estudio. El abad procuraba escapar a veces de la afluencia de visitantes que frecuentaban el monasterio y en ciertas épocas, especial mente en Cuaresma, se retiraba con otros varios monjes a Aindrette, una pequeña isla vecina para pasar allí unos días de retiro y especial austeridad.

San Hermelando tuvo el don de profecía y podía leer los pensamientos de los hombres. También fue famoso como obrador de portentos. Se dice que cierta vez cuando uno de sus monjes hablaba del exquisito sabor de una lamprea que había gustado a la mesa del obispo de Nantes, Hermelando preguntó: ¿No creéis que Dios sea capaz de enviamos una aquí? Al terminar de hablar, una ola arrojó una lamprea a sus pies y, ese pequeño pez, distribuido por el abad, alimentó a la comunidad entera de monjes.

Otra leyenda refiere que, cuando el santo tuvo ocasión de visitar Coutances, recibió hospitalidad de un ciudadano al que le quedaba solamente un poco de vino para agasajar a sus huéspedes. Aunque un gran número de gente participó del vino, el barril, en lugar de agotarse, se encontró lleno milagrosamente. Cuando el santo envejeció, renunció a su oficio y se retiró a Aindrette, donde pasó los últimos años de su vida en la soledad. Murió alrededor del año 720.


Oscar Romero, Santo

Arzobispo y Mártir, 24 de Marzo

 Martirologio Romano: En San Salvador, República de El Salvador, San Oscar Romero, Arzobispo y defensor de los pobres, asesinado por odio a la fe ( 1980).

Fecha de beatificación: 23 de mayo de 2015, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Fecha de canonización: 14 de octubre de 2018 por el Papa Francisco

Oscar Arnulfo Romero nació en Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, El Salvador, el 15 de agosto de 1917, día de la Asunción de la Virgen María. Su familia era humilde y con un tipo modesto de vida. Desde pequeño, Oscar fue conocido por su carácter tímido y reservado, su amor a lo sencillo y su interés por las comunicaciones. A muy temprana edad sufrió una grave enfermedad que le afectó notablemente en su salud.

En el transcurso de su infancia, en ocasión de una ordenación sacerdotal a la que asistió, Oscar habló con el padre que acompañaba al recién ordenado y le manifestó sus grandes deseos de hacerse sacerdote. Ingresó al Seminario Menor de San Miguel, dirigido por los Padres Claretianos, en 1931, y más tarde pasó al Seminario San José de la Montaña, dirigido por los Padres Jesuitas, hasta 1937. A pesar de las privaciones económicas que pasaba la familia para mantenerlo en el seminario, Oscar avanzó en su idea de entregar su vida al servicio de Dios y del pueblo.

Fue ordenado sacerdote a la edad de 25 años en Roma, el 4 de abril de 1942. Continuó estudiando en Roma para completar su tesis de Teología sobre los temas de ascética y mística, pero debido a la guerra, tuvo que regresar a El Salvador y abandonar la tesis que estaba a punto de concluir. Regresó al país en agosto de 1943. Su primera parroquia fue Anamorós, en el departamento de La Unión. Pero poco tiempo después fue llamado a San Miguel donde realizó su labor pastoral durante aproximadamente veinte años.

El padre Romero era un sacerdote sumamente caritativo y entregado. No aceptaba obsequios que no necesitara para su vida personal. Ejemplo de ello fue la cómoda cama que un grupo de señoras le regaló en una ocasión, la cual regaló y continuó ocupando la sencilla cama que tenía.

Dada su amplia labor sacerdotal fue elegido Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador y ocupó el mismo cargo en el Secretariado Episcopal de América Central. El 25 de abril de 1970, la Iglesia lo llamó a proseguir su camino pastoral elevándolo al ministerio episcopal como Obispo Auxiliar de San Salvador, que tenía al ilustre Mons. Luis Chávez y González como Arzobispo y como Auxiliar a Mons. Arturo Rivera Damas. Con ellos compartiría su desafío pastoral y en el día de su ordenación episcopal dejaba claro el lema de toda su vida: “Sentir con la Iglesia”.

Esos años como Auxiliar fueron muy difíciles para Monseñor Romero. No se adaptaba a algunas líneas pastorales que se impulsaban en la Arquidiócesis y además lo aturdía el difícil ambiente que se respiraba en la capital. También fue nombrado director del semanario Orientación, y le dio al periódico un giro notablemente clerical. Este “giro” le fue muy criticado por algunos sectores dentro de la misma Iglesia, considerándolo un “periódico sin opinión”.

En El Salvador la situación de violencia avanzaba, con ello la Iglesia se edificaba en contra de esa situación de dolor, por tal motivo la persecución a la Iglesia en todos sus sentidos comenzó a cobrar vida. Luego de muchos conflictos en la Arquidiócesis, la sede vacante de la Diócesis de Santiago de María fue su nuevo camino. El 15 de octubre de 1974 fue nombrado obispo de esa Diócesis y el 14 de diciembre tomó posesión de la misma. Monseñor Romero se hizo cargo de la Diócesis más joven de El Salvador en ese tiempo.

En junio de 1975 se produjo el suceso de “Las Tres Calles”, donde un grupo de campesinos que regresaban de un acto litúrgico fue asesinado sin compasión alguna, incluyendo a criaturas inocentes. El informe oficial hablaba de supuestos subversivos que estaban armados; las ‘armas’ no eran más que las biblias que los campesinos portaban bajos sus brazos. En ese momento, los sacerdotes de la Diócesis, sobre todos los jóvenes, pidieron a Monseñor Romero que hiciera una denuncia pública sobre el hecho y que acusara a las autoridades militares del siniestro, Mons. Romero no había comprendido que detrás de las autoridades civiles y militares, detrás del mismo Presidente de la República, Arturo Armando Molina, que era su amigo personal, había una estructura de terror, que eliminaba de su paso a todo lo que pareciera atentar los intereses de “la patria”, que no eran más que los intereses de los sectores pudientes de la nación. Mons. Romero creía ilusamente en el Gobierno, éste era su grave error. Poco a poco comenzó a enfrentarse a la dura realidad de la injusticia social.

Los amigos ricos que tenía eran los mismos que negaban un salario justo a los campesinos; esto le empezó a incomodar, la situación de miseria estaba llegando muy lejos como para quedarse esperando una solución de los demás. En medio de ese ambiente de injusticia, violencia y temor, Mons. Romero fue nombrado Arzobispo de San Salvador el 3 de febrero de 1977 y tomó posesión el 22 del mismo mes, en una ceremonia muy sencilla. Tenía 59 años de edad y su nombramiento fue para muchos una gran sorpresa, el seguro candidato a la Arquidiócesis era el auxiliar por más de dieciocho años en la misma, Mons. Arturo Rivera Damas: “la lógica de Dios desconcierta a los hombres”.

El 12 de marzo de 1977, se dio la triste noticia del asesinato del padre Rutilio Grande, un sacerdote amplio, consciente, activo y sobre todo comprometido con la fe de su pueblo. La muerte de un amigo duele, Rutilio fue un buen amigo para Monseñor Romero y su muerte le dolió mucho: “un mártir dio vida a otro mártir”.

Su opción comenzó a dar frutos en la Arquidiócesis, el clero se unió en torno al Arzobispo, los fieles sintieron el llamado y la protección de una Iglesia que les pertenecía, la “fe” de los hombres se volvió en el arma que desafiaría las cobardes armas del terror. La situación se complicó cada vez más. Un nuevo fraude electoral impuso al general Carlos Humberto Romero para la Presidencia. Una protesta generalizada se dejó escuchar en todo el ambiente.

En el transcurso de su ministerio Arzobispal, Mons. Romero se convirtió en un implacable protector de la dignidad de los seres humanos, sobre todo de los más desposeídos; esto lo llevaba a emprender una actitud de denuncia contra la violencia, y sobre todo a enfrentar cara a cara a los autores del mal. Sus homilías se convirtieron en una cita obligatoria de todo el país cada domingo. Desde el púlpito iluminaba a la luz del Evangelio los acontecimientos del país y ofrecía rayos de esperanza para cambiar esa estructura de terror. Los primeros conflictos de Monseñor Romero surgieron a raíz de la marcada oposición que su pastoral encontraba en los sectores económicamente poderosos del país y unido a ellos, toda la estructura gubernamental que alimentaba esa institucionalidad de la violencia en la sociedad salvadoreña, sumado a ello, el descontento de las nacientes organizaciones político-militares de izquierda, quienes fueron duramente criticados por Mons. Romero en varias ocasiones por sus actitudes de idolatrización y su empeño en conducir al país hacia una revolución.

A raíz de su actitud de denuncia, Mons. Romero comenzó a sufrir una campaña extremadamente agobiante contra su ministerio arzobispal, su opción pastoral y su personalidad misma, cotidianamente eran publicados en los periódicos más importantes, editoriales, campos pagados, anónimos, etc., donde se insultaba, calumniaba, y más seriamente se amenazaba la integridad física de Mons. Romero. La “Iglesia Perseguida en El Salvador” se convirtió en signo de vida y martirio en el pueblo de Dios. Este calvario que recorría la Iglesia ya había dejado rasgos en la misma, luego del asesinato del padre Rutilio Grande, se sucedieron otros asesinatos más. Fueron asesinados los sacerdotes Alfonso Navarro y su amiguito Luisito Torres, luego fue asesinado el padre Ernesto Barrera, posteriormente fue asesinado, en un centro de retiros, el padre Octavio Ortiz y cuatro jóvenes más. Por último fueron asesinados los padres Rafael Palacios y Alirio Napoleón Macías. La Iglesia sintió en carne propia el odio irascible de la violencia que se había desatado en el país.

Resultaba difícil entender en el ambiente salvadoreño que un hombre tan sencillo y tan tímido como Mons. Romero se convirtiera en un “implacable” defensor de la dignidad humana y que su imagen traspasara las fronteras nacionales por el hecho de ser: “voz de los sin voz”. Muchas de los sectores poderosos y algunos obispos y sacerdotes se encargaron de manchar su nombre, incluso llegando hasta los oídos de las autoridades de Roma. Mons. Romero sufrió mucho esta situación, le dolía la indiferencia o la traición de alguna persona en contra de él. Ya a finales de 1979 Monseñor Romero sabía el inminente peligro que acechaba contra su vida y en muchas ocasiones hizo referencia de ello consciente del temor humano, pero más consciente del temor a Dios a no obedecer la voz que suplicaba interceder por aquellos que no tenían nada más que su fe en Dios: los pobres.

Uno de los hechos que comprobó el inminente peligro que acechaba sobre la vida de Mons. Romero fue el frustrado atentado dinamitero en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en febrero de 1980, el cual hubiera acabado con la vida de Monseñor Romero y de muchos fieles que se encontraban en el recinto de dicha Basílica. El domingo 23 de marzo de 1980 Mons. Romero pronunció su última homilía, la que fue considerada por algunos como su sentencia de muerte debido a la dureza de su denuncia: “en nombre de Dios y de este pueblo sufrido... les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, CESE LA REPRESION”.

Ese 24 de marzo de 1980 Monseñor Oscar Arnulfo Romero Galdámez fue asesinado de un certero disparo, aproximadamente a las 6:25 p.m. mientras oficiaba la Eucaristía en la Capilla del Hospital La Divina Providencia, exactamente al momento de preparar la mesa para recibir el Cuerpo de Jesús. Fue enterrado el 30 de marzo y sus funerales fueron una manifestación popular de compañía, sus queridos campesinos, las viejecitas de los cantones, los obreros de la ciudad, algunas familias adineradas que también lo querían, estaban frente a la catedral para darle el último adiós, prometiéndole que nunca lo iban a olvidar. Raramente el pueblo se reúne para darle el adiós a alguien, pero él era su padre, quien los cuidaba, quien los quería, todos querían verlo por última vez.

Tres años de fructífera labor arzobispal habían terminado, pero una eternidad de fe, fortaleza y confianza en un hombre bueno como lo fue Mons. Romero habían comenzado, el símbolo de la unidad de los pobres y la defensa de la vida en medio de una situación de dolor había nacido.


Gualterio de Pontoise, Santo

Abad, 23 de Marzo

 Martirologio Romano: En Pontoise, cerca de París, en Francia, san Gualterio, primer abad del monasterio del lugar, que, renunciando a su amor por la soledad, enseñó con su ejemplo a los monjes la disciplina de la Regla y fustigó en el clero las costumbres simoníacas (c. 1095).

Etimológicamente: Gualterio = Aquel que comanda el ejercito, es de origen germánico.

Fecha de canonización: Fue canonizado el 4 de mayo de 1153 siendo Papa Eugenio III.

San Gualterio o Walter, alcanza celebridad en el norte de Francia, por su caridad y espíritu religioso. Nacido en Andainville, Picardía, era novicio de la abadía de Rebais cuando se arriesgó a atender y liberar de su calabozo a un labrador.

Nombrado contra su voluntad para regir la abadía de Pontoise, Muy pronto se hizo querer de todos los monjes, sin embargo, se sintió incapaz de ocupar el primer lugar, y por ello, aprovechando una noche de luna nueva, dejó subrepticiamente Pontoise para ir a refugiarse a Cluny, junto a San Hugo.

Obligado a regresar, se retira de nuevo a una isla del Loira, junto a Tours, tomando a su cargo la capilla de San Cosme y San Damián. La fama del desconocido ermitaño atrae a las multitudes. Vuelve a ser reconocido y tiene que regresar a Pontoise.

No le quedaba otra salida que recurrir al Papa. Partió hacia Roma contando con que Gregorio VII, debidamente informado de su indignidad, aceptaría su dimisión. Pero el Papa no se dejó convencer, dio al santo varón sus mejores bendiciones y le obligó a regresar, prohibiéndole que volviera a abandonar su puesto, lo cual cumplió Gualterio al pie de la letra hasta el fin de su vida.


Pablo de Narbona, Santo

Obispo, 22 de Marzo

Martirologio Romano: En Narbona, al sur de la Galia (Francia), en la vía Domitia, fuera de la ciudad, sepultura de san Pablo (Paul-Serge), obispo y mártir (s. III).

Sabemos por San Gregorio de Tours, que San Pablo de Narbona fue enviado de Roma, con otros muchos misioneros, para implantar la fe en la Galia. Dos de los miembros de la expedición, san Saturnino de Toulouse y san Dionisio de París, recibieron la corona del martirio, pero san Pablo de Narbona, san Trófimo de Arles, san Marcial de Limoges y san Gaciano de Tours, después de haber pasado muchos peligros y de fundar iglesias en todos aquellos lugares de la Galia ligados ahora con sus nombres, murieron finalmente en paz. Prudencio dice que el nombre de Pablo dio lustre a la ciudad de Narbona.

No hay que prestar atención a la leyenda que ha identificado a san Pablo de Narbona con aquel Sergio Paulo que fue pre cónsul en Chipre, cuando el Apóstol san Pablo resistió al mago Elimas (Hech 13,7).


Endeo de Aran, Santo

Abad, 21 de Marzo

Martirologio Romano: En Irlanda, san Endeo, abad, que en la isla de Aran fundó un cenobio tan célebre, que, por su fama, esta isla fue llamada “de los Santos" († c.542)

En la tierra evangelizada por san Patricio, Irlanda -la antigua Hibernia-, hubo en los siglos posteriores gran cantidad de santos, especialmente monjes, que apuntalaron, con la santidad de sus vidas, el cristianismo, allí donde hasta hacía poco reinaban pueblos paganos.

Sus nombres, para nosotros los latinos, son difíciles de pronunciar: Santas hijas de Enach (vírgenes), san Henan, san Comgall, san Enan de Druim-Indich, san Enan de Inis-Aego, san Enddwyn de Llanenddwyn, san Emyr Llydaw, etc. pero cada uno de ellos brilló en su tierra con la luz de la gracia de Cristo, que se extendió en la sociedad aún medio pagana de su tiempo.

A esta incompleta lista, añadimos a san Endeo, abad de Aran, que nació en el siglo VI en Oriel, en el Ulster, hijo de Conall-Derg, señor local, a quien sucedió como jefe del territorio después de su muerte.

Las exhortaciones de santa hermana Fanchea, abadesa de un monasterio, le hicieron decidir abandonar el mundo y abrazar la vida monástica, que en aquel entonces no estaba debidamente organizada en cenobios.

Con el tiempo y los medios de la época (a pie o a caballo), se trasladó a Roma para rendir homenaje a las tumbas de los Apóstoles, en la capital del mundo de entonces, que precisamente por aquellos años, después de la caída del plurisecular Imperio Romano, veía afianzarse la influencia política y religiosa del papado católico; durante su estadía fue ordenado sacerdote.

A su regreso de Roma, obtuvo de Oengus, rey del Munster en aquel tiempo, la concesión de la isla de Aran, en la Bahía de Gallway, donde el primer verdadero monasterio en Killeaney, que luego ganó prestigio y donde entre otros se formaron san Clareano el joven y san Brendano.

Antes de radicarse en Aran, habría fundado otra comunidad y una iglesia. Tal fue la fama adquirida por el abad Endeo y su monasterio, que la isla fue llamada “Aran de los Santos”; la iglesia principal todavía se llama Kill-Endeo. En el cementerio de la isla hay una capilla llamada “Teglach-Einne”, donde el santo abad, que murió hacia el 542, fue enterrado.


Bautista Spagnoli, Beato

Presbítero Carmelita, 20 de Marzo

Martirologio Romano: En Mantua, en Lombardía, beato Bautista Spagnoli, presbítero de la Orden de los Carmelitas, que fomentó la paz entre los príncipes y reformó la misma Orden, de la cual fue nombrado prepósito por el papa León X († 1516).

Etimológicamente: Bautista = Aquel que puede bautizar, es de origen griego.

Nace en Mantua el 17 de abril de 1447 de padre de origen español (de aquí el apellido). Entró en los Carmelitas de Ferrara, profesando los votos religiosos en 1464. Maestro de teología en Bolonia (1475), desempeñó numerosos cargos en diversos conventos y por seis veces ejerció el oficio de Vicario General de su Congregación de reforma (llamada Mantuana) y al final de su vida fue Prior General de toda la Orden (1513-16).

Su actividad no se limitó a la familia carmelita. En 1513 fue invitado a participar en el Concilio Lateranense; y en 1515 encargado por el Papa León X de la misión diplomática para restablecer la paz entre el rey de Francia y el duque de Milán. Se distinguió esencialmente por el espíritu y por la denuncia de la galopante corrupción de su tiempo, y expresó su ansia reformadora con óptimos recursos literarios y con un vibrante discurso en 1489 en la basílica vaticana delante del Papa y de los cardenales. Todo esto no lo separaba de su vida interior y de la especial devoción a María.

Fue amigo de insignes humanistas y de ilustres personajes de la época, participando en el mundo de la cultura. Proclamado por Erasmo el “Virgilio cristiano” (más de cincuenta mil son sus versos latinos, además de otras obras en prosa) debe ser incluido entre los mejores poetas de su tiempo; esto es también confirmado por las numerosísimas ediciones de sus escritos.

Murió en Mantua el 20 de marzo de 1516. El cuerpo, incorrupto, se conserva en la iglesia catedral de esta ciudad. El culto del beato fue confirmado por León XIII el 17 de diciembre de 1885.

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